Campesinos recurren con los prestamistas por la burocracia y falta de créditos blandos
El burocratismo, papeleo, la falta de garantías hipotecarias y prendarias, las altas tasas de interés impuestos por la banca comercial y de desarrollo, incluyendo Banrural, y un sinfín de trabas y requisitos más, ha orillado a José Luis Navarrete Escobedo y a otros muchos ejidatarios a recurrir con el agiotista o prestamista.
“La necesidad obliga a buscar dinero a como lo presten”, dice este esposo y padre de dos hijas de 18 y 23 años de edad, que siembra diez hectáreas de frijol en el ejido Cuauhtémoc, municipio de Cuencamé.
Compara alegóricamente la enfermedad con la necesidad, porque “cuando una persona se enferma no importa a qué precio consiga el dinero o cuánto le pueda costar”.
¿Existe el agiotismo en el campo?
“Sí, por supuesto”, responde Gustavo Pedro Cortez, dirigente de la Organización de Defensa Campesina (ODC) de filiación petista. En Guadalupe Victoria, por hablar de un lugar, como en muchos otros, existe el agiotista, es decir, aquella persona que presta dinero a intereses muy altos.
Reconoce que el agiotismo es un gran problema porque el campesino hace un trámite muy sencillo y rápido, que en Banrural, en las parafinancieras que bajan recursos de Fira o la banca comercial; sin embargo, las condiciones son mucho más difíciles, porque las tasas de interés son altísimas, porque por ejemplo llegan al diez por ciento mensual.
“Es problema, porque la gente del campo tiene un mecanismo sencillo. Hace cuentas y dice: voy a sembrar frijol, para tal fecha lo cosecho y lo vendo. Pero, ¿qué es lo que pasa. Ciertamente hay cosecha, pero no tiene la seguridad de comercializarla, como lo que está ocurriendo con muchos campesinos del sur de Cuencamé, de Cuauhtémoc, o de Guadalupe Victoria que tiene su frijol todavía en bodega”, señala.
La respuesta es sencilla: los créditos con banco, con los agiotistas, y las parafinancieras traen “santos” a los productores.
Señaló que el crédito con la banca comercial es caro y larguísimo, de tal manera que la gente no recurre porque son muchos los requisitos, sobre todo los de las garantías porque el campesino tiene maquinaria pero la debe; o tiene casa pero no tiene titulación, los cuales son obstáculos para lograr la autorización de recursos.
“Como la gente no tiene la cultura ni el conocimiento para hacer los trámites ante las instituciones bancarias, lo más fácil que hace es recurrir al prestamista”.
Andrés Fernández Domínguez, presidente de la Unión de Productores de Frijol de Durango, expresa: “Siendo realistas, cuando no hay crédito suceden dos casos solamente: que la tierra se quede sin sembrar o el campesino se va con el agiotista; esto último sale junto con pegado, porque mientras levanta la cosecha los réditos son tan altos que si paga ya fregó”.
El gerente de Banrural, Felipe de Jesús Moctezuma Aguiñaga, dijo que los intereses que pagan los clientes por los créditos de avío contratados es lo que resulte de sumar los intereses que dan los Cetes (Certificados de la Tesorería) más 11 puntos anual. (Los Cetes al 17 de junio estaban a 5.31 por ciento).
El productor de maíz Alfredo Montes Casas, actual presidente de la Federación de Ingenieros Agrónomos de Durango, reconoció que uno de los factores que más impactan en el desarrollo del campo son las tasas de intereses. Dijo que en otros países y regiones del mundo los productores tienen tasas de créditos que rebasan muy apenas el cuatro por ciento. En México, las tasas para producir maíz, frijol, leche o carne son tres o cuatro veces más altas.
BAJAS TASAS, PUNTO CLAVE
“Una de las grandes claves para salir adelante en la problemática del campo, la piedra angular, aparte de otras, es el crédito. Las tasas deben ser más o menos igual a las de nuestros competidores, porque con las actuales no es posible competir”, expresa.
Reitera que el actual es un mundo globalizado, que requiere que no sólo los productores agrícolas sean eficientes, pero para lograrlo se le deben dar mayores recursos y en mejores condiciones.
Para Pedro Gustavo Cortez el gobierno federal tiene varios años con una política de desaliento en el campo. “La verdad es que más allá de las declaraciones periodísticas no hay una política diferente; es decir, no hay la decisión del Estado de establecer créditos blandos para desarrollar al campo. No la hay. Pareciera ser que la intención del Estado es seguir cerrando la llave al crédito para que la gente abandone la actividad agrícola, y de paso venda”.
El dirigente de la ODC adelanta que esta política de desaliento está dando paso a la concentración de la tierra en pocas manos. Está surgiendo una nueva clase de terratenientes con otra visión, la moderna, pero finalmente es eso, porque hay personas en la Comarca Lagunera, en Poanas, en Nuevo Ideal y otros municipios comprando parcelas.
El campo ha envejecido porque los jóvenes han emigrado y sólo quedan las personas, hombres y mujeres de la tercera edad, que son los que actualmente están produciendo alimentos, pero dentro de diez años cuál será la situación, si estas personas no ven en el campo una posibilidad de desarrollo.
Andrés Fernández Domínguez reitera la necesidad de que los campesinos reciban más apoyos financieros, y que el campo se capitalice. “Queremos que nos den la oportunidad de trabajar, porque lo sabemos hacer; y la prueba está en la cantidad de frijol que se cosecha año con año; pero requerimos que nos refaccionen para no quedarnos sólo a medias”.
El representante de los productores de frijol acepta que sí hay créditos para el campo, pero no son accesibles, y el resultado es el mismo: el sector social no tiene recursos para realizar sus actividades. Otra verdad que reconoce es que quienes alcanzan los créditos son los mismos que tienen dinero, pero los fregados son los que tienen menos opciones de obtener créditos.
También estableció que durante el tiempo en que estuvo operando Banrural “los productores no podemos decir que tuvimos un buen beneficio, por la papelería, los trámites, las garantías y todo como estuvo operando”. Recuerda que las únicas operaciones que lograron los campesinos con Banrural sin ninguna dificultad fue con los “créditos puente”, pero primero se aseguraban con los folios y la documentación de Aserca, del pago del Procampo. Sólo así logramos que nos autorizaran recursos, aun pagando intereses.
QUÉ SIGUE PARA EL CAMPO
“Sabemos a grandes rasgos sobre el Esquema de Quitas a Intereses y Capital de Deudores de Banrural, pero nos falta información”, expresa Fernández Domínguez. Dijo que tiene conocimiento de que Banrural desaparece y que se crea una nueva figura denominada Financiera Rural. “Pero sí, requerimos de más información, a través de reuniones o información por escrito”.
Ni el propio gerente de Banrural tiene información suficiente sobre cómo quedará la institución a la que la quedan cuatro sucursales en la entidad. Pero señala que a partir de la primera quincena de junio la institución dejó de contratar créditos. Y sobre el funcionamiento de la nueva Financiera Rural dijo no tener información. Inclusive ni de la deuda estatal que tienen los productores de Durango ni el monto, porque ha estado preparando la entrega de las oficinas. “No nos han informado absolutamente nada, por eso no sé ni conozco todavía cómo va a quedar Banrural”, dijo.
Gustavo Pedro Cortez destacó que el problema del campo en lo general es el crédito que es caro, a diferencia de otros países en donde los campesinos sí tienen acceso a la banca de desarrollo y comercial. Destacó que un logro con relación al Acuerdo Nacional para el Campo es que la autoridad reconoció que uno de los problemas es el crédito.
José Luis Navarrete Escobedo reconoció que ha tenido la necesidad de pedir dinero a raíz de que en algunos años le ha ido mal en la labor. “Apenas levantamos para mal comer porque no alcanza ni para cubrir los costos de la inversión, y a conseguir dinero en los despachos y con los prestamistas, y tengo una cartera vencida con Banrural de 100 mil pesos”.
“Sé que hay un programa de quita de intereses, pero quisiéramos que fuera mejor porque estamos amolados; unos más, otros menos”.
créditos eran de avío
El 90 por ciento de los créditos que colocaba Banrural eran de avío, que comprendían labores de preparación, rastreo, barchecho, semilla, fertilizante, mano de obra, etc., y el diez por ciento restante eran refaccionarios, para la adquisición de maquinaria.
El gerente estatal de esta institución en liquidación, Felipe Moctezuma Aguiñaga, dijo que todo productor que reunía los requisitos era sujeto de crédito, y sin límites, siempre y cuando el proyecto productivo tuviera rentabilidad y viabilidad técnica y financiera.
Entre los requisitos que tenía que aportar el producor solicitante de dinero eran acreditar la personalidad física o moral, otorgar garantías libres de gravamen, suficientes para tener una relación de dos a uno, menos intereses; las garantías que se preferían eran las hipotecarias sobre las prendarias.
Dijo que de sus clientes no hubo quejas sobre la relación de garantías dos a uno. “Al contrario, dijo, con los clientes que han operado año con año, gustosos llenaban los requisitos y seguían operando con la institución.
En los cuatro años y medio que tiene como gerente de la Sucursal Durango señaló que la colocación de cartera se incrementó en un 15 por ciento, así como el número de clientes, pero dijo no tener datos de la cantidad.
Banrural/ Operación
Desaparece una institución de financiamiento para el campo
Son cuatro las sucursales que dejarán de operan en Durango, en la colocación de créditos para los campesinos.
Sucursal Jurisdicción
Durango Durango, Nombre de Dios, Poanas, Súchil, Vicente Guerrero, Mezquital, Pueblo Nuevo, San Dimas y Tamazula.
Canatlán Canatlán, Nuevo Ideal, Santiago Papasquiaro, Topia, Tepehuanes, Canelas y Otáez.
Santa María de Santa María de El Oro, Indé, San Bernardo y Guanaceví.
El Oro
Guadalupe Victoria Guadalupe Victoria, Coneto de Comonfort, Pánuco de Coronado, Peñón Blanco, Guadalupe Victoria, Cuencamé y Santa Clara.
Apoyos/ Productores
Cuotas de créditos que tenía vigentes Banrural
Los campesinos recibían recursos para sus labores agrícolas, con el criterio de la institución de otorgar entre el 85 por ciento y el 90 por ciento de los costos de producción desde las labores de preparación hasta la aplicación de fertilizantes.
Especie Cuota por hectárea
Chile 13,334 pesos
Avena 4,759 pesos
Maíz (riego) 6,000 pesos
Frijol (temporal) 3,100 pesos
Adquisición de
bovino-engorda 2,604 pesos
Fuente: Sucursal Durango de Banrural.
Campo /colocación
Dinero al campo
En los últimos cuatro años de operación de Banrural, la cartera registró un aumento paulatino.
Año ejercido
(millones de pesos)
2000 27
2001 33
2002 35.5
2003 30*
*.-Meta para el periodo de enero a junio. De la cual se logró un avance de 18 mdp; otra parte quedó en aprobación y otro porcentaje en trámite ante la nueva Financiera Rural.
Nota.-Para el año 2003, la institución a nivel estatal se fijó la aplicación de 120 millones de pesos, de los cuales se calcula que se alcanzó un 80 por ciento de avance.
Fuente: Gerencia Sucursal Durango.