Por Eunice Martínez Arias
Fotografía Julio Hernández
El Siglo de Torreón
GÓMEZ PALACIO, DGO.- De este hombre se han dicho las cosas más bellas, todas con el debido fundamento. Cabral no precisa de la crítica puesto que él es su más grande crítico. Es difícil encontrar el calificativo para buscar la cuadratura de su personalidad: cantor, poeta, enviado del más allá...
Quienes lo conocen, saben de sus palabras llenas de sabiduría y de todas esas historias con las que siempre acompaña sus canciones. Precisamente a eso vino el trovador argentino a la Comarca, a compartir con sus hermanos laguneros sus anécdotas de vida, su recorrido por los más de cien países que ha visitado.
Para Facundo Cabral no hubo imposibles; fue capaz de llevar a su fiel público de la libertad al amor, de la alegría a la pasión y de la pasión a la paz, esa que transmitió desde que tomó su fiel guitarra en el escenario del Teatro Alberto M. Alvarado. La noche del viernes, no le hizo honor a su tema No Soy de Aquí, no Soy de Allá, pues la gente lo adoptó como lagunero con todo y su cansancio, con todas sus enfermedades y con toda la alegría que derrocha después de los 30 años de camino que ha recorrido en los foros.
Fue puntual. A las 8:30 de la noche apareció entre la penumbra del escenario, que sólo era iluminado con una luz que indicaba la ubicación exacta del argentino. Apoyado en un bastón, Facundo caminó hasta el centro para comenzar lo que sería una velada de entrega y armonía, de sus "cabralidades".
Uno a uno los famosos temas fueron retomados por el argentino, quien contaba anécdotas que repentinamente acompañaba con las cuerdas. Humor, sarcasmo e ironía son la base de las obras realizadas por este poeta, quien dio inicio con una milonga argentina para continuar con Si el Hombre es lo que Ama y Nada Tengo que Cuidar y Todo Para Vivir.
Facundo tuvo tiempo para todo, hasta para recordar su pueblo y su querido abuelo, ese que se fue apagando a medida que iban transcurriendo los días. Se dio el lujo de disfrutar los efusivos aplausos que la gente le ofrecía tras cada interpretación, pero también para agradecerle a los escasos jóvenes que acudieron. ?Me da gusto que vengan a escuchar mi música... a ustedes o a sus hijos les va a tocar vivir las cosas que yo canto...?.
Así las milongas fueron desfilando en voz de Facundo. Vuele Bajo y Pobrecito mi Patrón fueron las más ovacionadas así como No Soy de Aquí, ni Soy de Allá, la cual eligió para cerrar con broche de oro.
Para los asistentes al teatro Alvarado será difícil olvidar la música y relatos de Facundo, sobre todo ese que compartió con tanto gusto... ?Hay una señora, que no recuerdo de dónde es, que va mucho a verme. Ella no entiende muchas de las cosas que canto, por eso un día le pregunté el por qué iba, a lo que ella me contestó: de vez en cuando me gusta ver a un hombre libre y feliz...?.
Escucharlo es un despertar...
Facundo Cabral ha sido considerado uno de los máximos trovadores de actualidad porque deja fluir espontáneamente sus pensamientos y sentimientos, y habla al oído de Dios, de los sueños, del amor.
-Inició: 8:30 de la noche.
-Finalizó: 22:20 horas.
-Asistentes: alrededor de 500 personas.
-Canciones más aclamadas: Vuele Bajo, Pobrecito mi Patrón y No soy de Aquí, ni soy de Allá.
-Lo malo: que pese a la insistencia del público, Facundo no regresó al escenario al término de su actuación.
-Para recordar: su frase ?No creo en los países, para mí el único país se llama Tierra?.
Fuente: Investigación El Siglo de Torreón