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NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- Alternando sin descanso el teatro y el cine, el actor Al Pacino deleita desde hace unos días al público de Broadway con una aventura arriesgada: la lectura de la menos conocida de las piezas de Óscar Wilde, "Salomé".
Sólo su nombre basta para llenar el teatro (85 dólares la butaca) pese a un texto a menudo oscuro, poca o nula puesta en escena y actores, con sus textos en la mano, vestidos con trajes de calle en sillones.
La estrella inmortalizada en el papel de Michael Corleone en El Padrino encarna a Herodes, rey de Judea, que sucumbe ante los encantos de su bella esposa Salomé, quien a cambio de la famosa "danza de los siete velos", promete satisfacer sus deseos.
La bella, interpretada por la actriz Marisa Tomei, quien termina semidesnuda en una danza, exige la cabeza de San Juan Bautista, que Herodes le concede ordenando su ejecución.
Su amor al teatro y a los grandes textos clásicos sumado a la libertad que le procura su inmenso renombre, permiten a Pacino, a partir de una base, crear una escena y actuar a lleno total.
Es partiendo de ese principio que Pacino logró la apuesta de su película Buscando a Ricardo III, donde desconstruía "Richard III" de William Shakespeare y dejaba claro su pasión por la modernidad ante un público no iniciado.
"Realmente es bueno poder hacer las cosas que nos interesan", dijo el actor al diario neoyorquino Newsday”.
"Compartimos todo: nuestro amor por esta pieza. Todo esto parte de una verdadera pasión. Trabajar en el teatro es como caminar sobre una cuerda; en cine, uno puede retomar, volver a hacer las escenas. El teatro es mucho más exigente, no tenemos un papel, interpretamos. Ahí, las ganas y el deseo de hacer cosas son realmente importantes".
La crítica señala a menudo la aridez de la puesta en escena y lo difícil del texto aunque la actuación de Pacino es unánimamente aplaudida.
Pacino ha confesado que es un hombre totalmente supersticioso. Cuando se enteró de que, según se dice, brindar con agua trae mala suerte, casi sufre un infarto: "Empalidecí de sólo pensar en los cientos de veces que lo he hecho y las maldiciones que habré acumulado por ello", asegura.
Ya en la escuela primaria, Pacino destacó por sus dotes interpretativas, demostrando una auténtica vocación por el arte dramático, y abriéndose así un camino para poder ser admitido en la Escuela Superior de Artes Interpretativas de Manhattan.
Consiguió pasar las pruebas para entrar en esta Institución y permaneció en ella dos años. Sin poder acabar sus estudios tuvo que retirarse ya que su madre enfermó, con lo que tuvo que hacerse cargo de su familia y sacarla adelante económicamente.
En la actualidad, es uno de los norteamericanos más ricos. Pero esto no siempre ha sido así. Para ir saliendo adelante, empezó a trabajar; primero, de acomodador y más tarde, de "chico de los recados".
Pero, eso sí, todo ello sin renunciar a ir continuando su formación artística en el Herbert Berghof Studio. Porque él sabía desde siempre que lo suyo era actuar.
Talento innato
Aunque todos lo conocen por Al Pacino lo cierto es que se llama Alfredo, exactamente Alfredo James Pacino. Nuestro personaje nació un 25 de abril de 1940 en Harlem, Nueva York.
Personaje favorito: Shakespeare, su vehículo de aprendizaje para la actuación.
Música: Música española, le atrae mucho el flamenco.
Película favorita: Quiere protagonizar una del artista Amadeo Modigliani.
Bebida favorita: Café expreso, dejó el alcohol hace tiempo.
Pensamiento: "Trabajo regularmente y mantengo siempre el entusiasmo por el trabajo para conseguir estar bien".
Lo que más admira: El trabajo y sus amistades: Alec Baldwin, Kevin Spacey, Estella Parsons, Penélope Allen, Winona Ryder...
Principales virtudes: Es una persona muy familiar, con gran sentido del humor, y llena de intensidad y energía.
Principales defectos: Es intensamente supersticioso.
Admira a : De Niro, Nicholson, Daniel Webster, Walter Huston; los directores Coppola, Brian de Palma, Lumet, Pollack, Friedkin.
Lo que más le gusta: Su pasión indudablemente es el teatro, allí es donde realmente se siente más cómodo.
FUENTE: Agencias