SALTILLO, Coah.- Con el lema de “Unete al Equipo” el alcalde de Saltillo, Humberto Moreira Valdés, un joven y carismático profesor que todavía anda en las tres décadas de vida, enfrenta, al decir de la iniciativa privada, tres “herencias negativas” que le dejó la anterior administración encabezada por el montemayorista Oscar Pimentel Gonzáles; las que son: la creciente inseguridad pública; la falta de un buen servicio de transporte y los abusos que comete la empresa española Aguas de Saltillo (Agsal).
EL PERFIL
Moreira Valdés, es de los pocos alcaldes que llegan sin provenir de la iniciativa privada o de las poderosas familias “revolucionarias” saltillenses; porque hasta los dos alcaldes panistas que ha tenido la ciudad, están emparentados con el fuerte Grupo Industrial Saltillo (GIS), como lo fueron en su momento jefes de la comuna Manuel López Villarreal y Rosendo Villarreal Dávila, a su vez parientes entre sí.
El ahora alcalde, tiene sus orígenes en familias de maestros de la clase media. Su primera incursión pública fue cuando a mediados de la década de 1980 encabezó un movimiento estudiantil cuando fue alumno de la Normal del Estado, que terminó con la salida de su director.
En el periodo de Rogelio Montemayor Seguy, como gobernador, Moreira Valdés ocupó la delegación de lo que era el INEA, ahora en manos del estado, puesto que luego dejó para irse a la campaña de Enrique Martínez, a gobernador, quien al llegar al poder lo hizo su secretario de Educación.
Por su arrastre entre las clases populares, el PRI lo lanzó a la candidatura por la presidencia municipal. El PAN reconoció que no tenía posibilidades del triunfo y postuló a una candidata “de trámite”, a la que arrolló en las votaciones, tres a uno.
Resolver los problemas de transporte, agua potable y seguridad, es básicamente lo que ha permeado el trabajo en los primeros 50 días de la presente administración municipal. Están presentes en los medios de comunicación todos los días; se comentan en los cafés y entre la ciudadanía; y de hecho han determinado la agenda de prioridades del alcalde.
El miércoles 19 de este mes, Moreira Valdés se reunió a puerta cerrada con los capitanes y socios del comercio organizado de Saltillo, quienes son los más críticos con las autoridades locales y los más involucrados en la problemática de la ciudad. Además, tienen más que otras agrupaciones privadas, representación en los consejos que vigilan o administran algunas de las más importantes acciones del ayuntamiento.
De este sector han salido algunos síndicos, alcaldes, tesoreros y funcionarios municipales. De hecho, en años pasados era tradicional que se les daban algunas posiciones, tanto por los gobiernos panistas como por los priistas.
Por estas últimas razones, EL SIGLO buscó entrevistar a los líderes más representativos del sector comercio, a fin de conocer sus impresiones sobre los primeros 50 días del alcalde Moreira Valdés.
De entrada, los mandamases del comercio saltillense coincidieron en señalar que aun es prematuro a juzgar la presente administración, por lo que le concedieron el derecho de la duda.
MEJORAR LA SEGURIDAD PUBLICA
El presidente del Consejo de Seguridad Pública de la Región Sureste, Armando Gutiérrez Gonzáles, comerciante mueblero desde hace varias décadas, dijo que la actual administración municipal recibió en muy malas condiciones la Dirección de Seguridad Pública, no sólo por la desorganización de sus elementos sino además por la falta de equipo y patrullas.
“Nos encontramos con un parque vehicular de sólo 46 patrullas vigilando la ciudad; 11 desmanteladas y 66 en el taller. Además, un cuerpo policiaco desordenado, desorganizado y desarticulado; sin academia de policía y sólo con cursos muy elementales que se impartían a elementos de baja preparación, apenas con el nivel de primaria”.
Dijo que ahora se capacita a los aspirantes a policía en el C4 de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, a personas con nivel académico de cuando menos secundaria, y que se cuenta con 50 aspirantes seleccionados.
Consideró que se registró un avance trascendente en materia de seguridad pública, al ponerse en marcha el Fideicomiso de Seguridad Pública, el primero en Saltillo, con una inversión de más de 10 millones de pesos, donde se ha contado con la asesoría de los directivos del Fideicomiso de La Laguna, particularmente de los consejeros de Torreón.
Por su parte la presidenta de los vendedores del primer cuadro de la ciudad, Yolanda Gonzáles García, demandó una mayor vigilancia en este sector de la ciudad, donde, según dijo, ha ultimas fechas se han incrementado los ataques de los “grafiteros”.
Igualmente vecinos de otros sectores pidieron más vigilancia en sus respectivas zonas, durante la Primera Reunión de los Comités de Seguridad Pública, entre autoridades y presidentes de los comités vecinales, el 20 de este mes, en la que solicitaron especial atención a las “narcotienditas”.
El líder de los hoteleros, Kerim Saade Charur, indicó que “fue un error” la designación del director de Seguridad Pública, Segismundo Doguín Martínez, quien para la iniciativa privada y para los saltillenses es un desconocido.
“No sabemos de dónde vino, ni quién es ni cuáles han sido sus méritos. Los resultados nos los dicen; y fue desafortunada su declaración de que él no es el responsable de los ilícitos que se cometen en los comercios; lo que nos dice más o menos cuál es su mentalidad. Ni conocemos algo sobre su experiencia”, expresó Saade Charur.
Dijo que la falta de un clima de seguridad pública, además de poner en riesgo la integridad de los saltillenses, podría causar algunas dudas entre los empresarios que pudieran instalar sus negocios en Saltillo.
Asimismo, en cuanto a seguridad pública, el presidente de la Canaco, Jorge Dávila Flores, expuso que la falta de vigilancia efectiva es otro de los problemas que le heredó el ex alcalde Oscar Pimentel Gonzáles, a la actual administración.
“Es un área que se la dejaron si equipos, sin patrullas; desarticulada en lo administrativo y en lo operativo; a tal grado que tendrá que reconstruirla; pero tendrá que hacerlo ágilmente y que en tanto se coordine con los cuerpos estatales de seguridad, a fin de poder cubrir la demanda de seguridad”, indicó el empresario hotelero.
FRENAR LOS ABUSOS DE AGSAL
Otro de los problemas o “herencias” negativas, al decir de los comerciantes, que afronta la administración de Moreira Valdés, es la cuestionada asociación empresarial entre los que fue el SIMAS y la empresa española Aguas de Barcelona, que dio a origen a una “joint venture” muy original: Aguas de Saltillo (Agsal), gestada y metida a “chaleco” en el último año de la administración pimentelista.
Mediante esta especie de semiprivatización del servicio de agua potable, se acordó entre el ayuntamiento pasado y los empresarios españoles, que el municipio conservaría el 51 por ciento de las acciones y el 49 Aguas de Barcelona. Así se constituyó la empresa híbrida Agsal, la que ha funcionado entre duros cuestionamientos del sector privado y de la misma ciudadanía, que se queja de las altas tarifas por el servicio, contratos y reconexión; además de las fallas, como las constantes fugas.
“Los españoles manejan la empresa como si únicamente fuera de ellos. No han dado los resultados que se esperaban en estos 18 meses de que funciona Agsal. Prácticamente les regalaron los activos del Simas, porque pagaron la irrisoria cantidad de 81 millones de pesos, cuando la empresa estaba valuada en más de 2 mil 500 millones de pesos, y no se ve la mejoría por ningún lado”, expresó el propietario de refaccionarias Dávila Flores.
Consideró que el acalde debe exigir que se cumpla con la calidad del servicio, y exigir que se trate bien a los saltillenses, porque Agsal abusa de ellos. Además, agregó, debe practicarse una auditoria técnica para ver qué avances hay o qué no se ha realizado.
“El acalde debe poner un gerente para que cuide ese 51 por ciento que le corresponde a la ciudad, a los saltillenses, para frenar los abusos que comete Agsal. No es posible que los contratos a las clases populares se los cobren hasta 6 mil pesos, cuando antes valían 2 mil pesos. Además, las reconexiones por adeudos de 200 o 300 pesos, se cobran hasta en 2 mil 500 pesos”, expuso el líder de los comerciantes.
Igualmente, Saade Charur calificó como una “mala herencia” la constitución de la empresa mixta Agsal.
Sostuvo que esta empresa “la metieron con calzador”, aun con la oposición de la mayoría de los saltillenses, que ahora es una experiencia amarga “ y una factura que en estos tiempos de elecciones, se tendrá que pagar”.
Sobre el tema de Agsal, el comerciante mueblero Gutiérrez Gonzáles, respondió de inmediato: “Que la meta en orden”, al referirse que Moreira Valdés debe actuar con energía frente a la empresa mixta.
Indicó que los españoles deben entender que el socio mayoritario es el municipio, y que el presidente del Consejo es el alcalde, pero que lamentablemente los ibéricos manejan la empresa como si fueran los únicos dueños y no le rinden cuentas a nadie.
“Fui miembro del Consejo Directivo del SIMAS, y la anterior administración nos pedía que apoyáramos la formación de la empresa mixta, pero no lo avalé porque nunca se me dio la información clara y completa, aunque al fin se salieron con la suya, y la vendieron en 81 millones cuando vale más de 2 mil 500 millones de pesos. Es evidente que hubo mano negra”, expresó Gutiérrez Gonzáles.
QUE LOS TRANSPORTISTAS RESPETEN LOS ACUERDOS
“La tercera herencia” de la administración que sufren los saltillenses, es el mal servicio del transporte público, que en realidad se ha padecido desde siempre.
En la sesión del Cabildo del 22 de enero, se aprobó por la mayoría de los regidores del PRI el incremento de las tarifas del transporte, las que pasaron de 3.50 pesos a 4.00 pesos la general; y de 2.50 a 3.00 pesos.
Esto provocó la irritación de la ciudadanía, y en especial de los estudiantes. De hecho, un grupo de jóvenes que se ostentó como escolares de diversos planteles se lanzó a las calles a protestar; pero la respuesta de la policía fue violenta y a golpes disolvió una manifestación en las calles del centro, que se organizó en contra del aumento de las tarifas del transporte.
Moreira Valdés, se vio envuelto en una guerra de papel contra el Obispo de Saltillo, Raúl Vera López, quien denunció que la policía municipal al disolver la manifestación había perseguido a algunos jóvenes hasta el atrio y al interior de Catedral. El ex Obispo de Chiapas la emprendió duro contra el alcalde.
Gutiérrez Gonzáles, dijo que el deficiente servicio de transporte urbano de pasajeros “es otra mala herencia de la administración anterior”.
Dijo que pese a que los concesionarios nunca cumplieron los compromisos de mejorar el servicio durante los tres años de la administración del ex alcalde Pimentel
Gonzáles, “ este le pasó la factura” a Moreira Valdés de hacer vigente un convenio que no fue de su gobierno, porque el acuerdo fue que los aumentos a las tarifas entrarían en vigor a partir del año 2003.
En opinión de Dávila Flores, el alcalde deberá tener “mucho cuidado” en que las nuevas promesas de los concesionarios no se dejen cumplir, como sucedió siempre en el pasado.
“Hay que ver y esperar si el profesor Moreira los mete en cintura, sería un logro para los saltillenses. Pero si los concesionarios no cumplen, que abra la prestación del servicio a la iniciativa privada, a personas que manejen con eficiencia y calidad el transporte urbano”, dijo el líder de la Canaco.
CUESTIONAN AL EQUIPO DE MOREIRA
Si los capitanes del comercio saltillense coincidieron en que aun es prematuro opinar a favor o en contra de la administración de Moreira Valdés, también señalaron por igual que es cuestionable parte del equipo humano “que le heredó” el ex alcalde Pimentel Gonzáles.
“Hay mucha gente que está incrustada de la anterior administración, que pueden causar algún problema de retraso en la toma de decisiones o alguna otra irregularidad. Pero si no logra el alcalde controlar a su gente, esta será su responsabilidad porque él esta corriendo este riesgo”, comentó Saade Charur.
Dávila Flores, sobre lo mismo, consideró que el alcalde debe “cuidar mucho a su equipo, porque tiene exceso de elementos” de la administración anterior, lo que no es ni lo más adecuado ni lo más conveniente.
Recordó que en el periodo del ex alcalde Oscar Pimentel, se dieron “graves problemas” de falta de transparencia y de ineficiencia en el manejo de los recursos.
Insistió en que Moreira Valdés debe ser cuidadoso para concretar las obras en tiempo y con calidad, para no dejar obras inconclusas como le dejó la pasada administración pimentelista.