EL PAÍS
Jerusalén.- Los candidatos independientes aliados de la corona han logrado acaparar los dos tercios de los escaños del Parlamento de Jordania en las elecciones celebradas el pasado martes, las primeras que se convocaban bajo el reinado de Abdullah II. Por su parte, el movimiento islamista, liderado por el Frente de Acción Islámica, ha obtenido 18 escaños, convirtiéndose así en el primer partido de la oposición, a la que se podrían sumar otros cuatro diputados de ideología integrista e izquierdistas. El Parlamento de Ammán está configurado por 110 diputados.
Con este resultado, la corona hachemí podrá gobernar con comodidad y tranquilidad Jordania y continuar con el programa de modernización y reformas económicas del país, relegando a una fase ulterior el de su democratización. La celebración de estas elecciones supone además el final de la situación de excepción que ha vivido el reino durante los dos últimos años, debido a la congelación del Parlamento por deseo expreso del monarca.
Estas votaciones, cuyos resultados se anunciaron el miércoles, se han celebrado con dos años de retraso. Abdullah II, atemorizado por la agitación social que amenazaba su país como consecuencia de la Intifada, decidió suspender el Parlamento, aplazar de manera indeterminada las elecciones y legislar a golpe de decreto ley, en una operación que fue calificada por los observadores políticos de verdadero “golpe de Estado”. Esta situación de excepcionalidad permitió al monarca actuar con poderes dictatoriales, recortar derechos cívicos, especialmente la libertad de prensa y el derecho de reunión y manifestación.
Se espera que los candidatos islámicos que llegaron al Parlamento se oponga a la actual política exterior jordana, que a lo largo de la campaña juzgaron pro estadounidense y pro israelí, pero alejada de los intereses populares.