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Bogotá, COLOMBIA.- El presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, terminó ayer con la polémica por la donación española de ocho aviones Mirage al advertir que impedirá que las discrepancias afecten la lucha contra la violencia en el país.
“No vamos a permitir que un carnaval de declaraciones y de especulaciones nos afecte en lo fundamental, que es concentrar nuestros esfuerzos en la derrota de la violencia”, dijo Uribe Vélez en declaraciones a la prensa en Bogotá.
La controversia surgió el fin de semana pasado, después de que la ministra de Defensa, Martha Lucía Ramírez, cuestionó la descalificación que el comandante de la Fuerza Aérea Colombiana, Héctor Fabio Velasco, hizo al equipo donado.
El jefe militar aseguró que los aviones Mirage F uno que España entregará a Colombia, en apoyo a la lucha contra los grupos armados ilegales que operan en el país, son “viejos” y que su mantenimiento podría “ser muy costoso”.
Ramírez censuró las declaraciones del comandante de la Fuerza Aérea y consideró que con ellas, el oficial le respondió con “un portazo en la nariz a la generosidad” de la nación europea.
Uribe Vélez le bajó el tono a la polémica, al advertir que las circunstancias que han rodeado (este episodio) no desviarán el objetivo de su administración de luchar contra la violencia interna.
Señaló que “esta situación será manejada por el gobierno nacional, que tendrá el mejor criterio y la mayor prudencia para resolverla”, sin afectar los esfuerzos de preservar la seguridad y la paz.
“No vamos a permitir que las circunstancias que se han venido ventilando en los medios de comunicación nos desvíen de nuestro objetivo que es devolverle la paz a los colombianos”, subrayó.
Algunos medios de prensa hicieron eco el lunes de rumores sobre la posible renuncia de Velasco por el enfrentamiento verbal que mantuvo con la ministra de Defensa, sobre la calidad de la donación militar española.
Las FARC rechazan canje
Las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aclararon ayer que jamás plantearon negociar un canje con el gobierno de Estados Unidos para entregar a los rehenes que mantienen en su poder.
En una declaración difundida a través de Internet, el grupo insurgente dejó entrever que la negociación se hará con el gobierno de Colombia, país en el cual se encuentran prisioneros al menos 500 integrantes de las FARC.
La organización rebelde mantiene en cautiverio a 48 miembros de la fuerza pública, 23 políticos colombianos y tres ciudadanos estadounidenses para presionar su intercambio por cerca de 500 guerrilleros que están presos en Colombia.
En la declaración, las FARC dijeron que “quieren dejar absolutamente claro ante la comunidad nacional e internacional que en ningún momento están solicitando negociar un canje de prisioneros con el gobierno de Estados Unidos”.
Según el grupo armado colombiano, “las causas y consecuencias del conflicto interno de nuestra patria serán solucionadas entre los colombianos” y no a través de terceros o intermediarios.
Estados Unidos rechazó cualquier posibilidad de negociación con las FARC para conseguir el regreso de los tres ciudadanos de ese país que están en cautiverio y advirtió que mantendrá los operaciones para rescatarlos.
El 13 de febrero pasado, un avión estadounidense se accidentó cuando realizaba labores de inteligencia en la selvática región de Caquetá con cinco tripulantes a bordo, cuatro de ellos extranjeros.
Dos de los tripulantes fueron asesinados con tiros de gracia, mientras que los otros tres fueron tomados cautivos por esa guerrilla en la montaña.
El grupo rebelde aseguró haber derribado el aparato y anunció que los tres rehenes permanecerán en calidad de prisioneros de guerra para “canjearlos” en una zona que desmilitarice el gobierno del presidente colombiano Álvaro Uribe.