IMOLA, ITALIA.- El piloto alemán Michael Schumacher dejó a un lado una tragedia familiar por la muerte de su madre para ganar ayer su primera carrera de la temporada en el Gran Premio de San Marino, en el circuito de Imola, el preferido de la famosa escudería Ferrari.
El pentacampeón alemán de Fórmula Uno, cuya madre murió horas antes en un hospital de la ciudad germana de Colonia, cruzó la meta en la primera posición para llevarse la primera victoria de la temporada en un circuito que dominó junto a su hermano menor Ralf en las últimas cinco temporadas.
Michael también ganó el año pasado, en el 2000 y en 1999, mientras que Ralf obtuvo su primera victoria en Imola en el 2001.
El mayor de los Schumacher fue abrazado por el brasileño Rubens Barrichello, su compañero de equipo, que terminó la carrera en el tercer lugar, y fue acompañado por el director de Ferrari, el francés Jean Todt, mientras se retiraba de la pista acongojado pese al triunfo.
Schumacher subió al podio con un brazalete negro en memoria de su madre Elizabeth, a quien fue a visitar horas antes de la carrera junto a Ralf para una despedida final en la noche del sábado. La madre de los Schumacher falleció en la mañana del domingo a los 55 años de edad.
Sufriendo para contener las lágrimas, escuchó las estrofas del himno alemán y no realizó el tradicional festejo con champaña. La botella ni siquiera fue abierta por los otros pilotos en el podio, Barrichello y el finlandés Kimi Raikkonen, quien llegó segundo en un McLaren.
El alemán, quien esta temporada no había subido siquiera al podio, dedicó la victoria a la memoria de su madre.
Todt, quien asistió a la conferencia de prensa posterior a la carrera en lugar de Schumacher, dijo que la decisión de competir o no en Imola estuvo en manos de propio piloto germano.
“Pienso que fue algo muy importante que decidiera viajar a Alemania ayer (sábado) junto a su hermano, y así se sintió mejor, de cierta forma, habiendo estado allí”, dijo el francés.
“Hoy Michael nos mostró toda su grandeza como piloto y como hombre”, agregó. “Es una lástima que a veces la gente no quiera entender lo que él significa. Pienso que hoy ha realizado una gran demostración y estamos muy orgullosos de él”, aseguró Todt. Esta fue la victoria número 65 de su carrera, y la 160 de Ferrari.
Líder del campeonato
El finlandés Raikkonen, quien se aseguró el liderazgo del campeonato hasta mediados de mayo, consiguió un importante segundo puesto por delante de Barrichello con la otra máquina de Ferrari, que al parecer presentó por última vez su modelo F2002.
Ralf Schumacher, con un auto de la escudería Williams, fue cuarto, seguido del británico David Coulthard, con el otro McLaren, el español Fernando Alonso, con un Renault, y el colombiano Juan Pablo Montoya, séptimo con el otro Williams. “Desafortunadamente, en esta carrera no tuve mucha suerte”, dijo Montoya.
Después de tres carreras llenas de sorpresas, la cuarta cita de la temporada hizo recordar el campeonato año pasado, cuando el dominio total de Ferrari fue total.
Por eso, la famosa escudería italiana, muy alentada por los trabajadores de su fábrica y los aficionados, sintió una sensación de alivio con la victoria.
“Fue muy importante haber ganado hoy aquí en Imola, el primer gran premio (de la temporada) en Europa”, expresó Todt. “Fue importante para que un auto increíble (el F2002) tuviera un buen final”.
Luego de la cuarta carrera de la temporada, Raikkonen tiene 32 puntos, delante del escocés David Coulthard, su compañero de equipo con 19. Schumacher está tercero con 18.
En el campeonato por equipos, McLaren cuenta con 51 puntos y Ferrari con 32. “Por el momento (el campeonato) se ve muy bien”, dijo Raikkonen. “Necesitamos seguir empujando duro y tratar de mantener el liderazgo; después tendremos nuestro nuevo auto y podremos volver a luchar por más victorias”.
Mientras que Ferrari piensa presentar su nuevo auto en la próxima carrera, en España, McLaren todavía necesitará un par de competencias más para enviar el suyo a la pista.