Reuters
CARACAS, VENEZUELA.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, recrudeció ayer lo que ha llamado su “ofensiva” contra sus enemigos políticos, al exigir “cárcel” para quienes pararon la vital industria petrolera y advertir que podría cerrar los canales de televisión que lo adversan.
“El clamor que recorre al país (...) es éste: cárcel para los golpistas, cárcel para los saboteadores de (la petrolera estatal) PDVSA!”, exclamó el militar retirado, refiriéndose a los miles de empleados de la empresa que abandonaron sus puestos en diciembre en respaldo a un “paro cívico” opositor.
“No a la impunidad”, añadió el mandatario durante su programa semanal de radio y televisión, que transmitió desde la refinería El Palito, en el occidente del quinto exportador mundial de crudos.
La producción y exportaciones de hidrocarburos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que aportan la mitad de los ingresos del gobierno, fueron recortadas por el paro con el que la oposición intentó presionar a Chávez.
La pérdida de esos ingresos envió al país a una dura crisis económica, que los economistas prevén que alcanzará niveles “históricos” y forzó al gobierno a imponer un control de cambio la semana pasada y a ordenar una paralización del mercado cambiario.
El paro se colapsó la semana pasada en los sectores empresariales y comerciales que lo apoyaron y Chávez asegura que su gobierno pasará a una “ofensiva estratégica” contra sus enemigos, en la que ha incluido el despido de empleados de PDVSA.
, a los que acusa de “terroristas”.
“No sólo despedidos”, exclamó el mandatario de discurso izquierdista. “Es que deben ser enjuiciados!”, agregó.
La huelga le ha costado al país unos 4,000 millones de dólares, según el gobierno.
El gobierno afirma que la mayoría de los 40,000 empleados de PDVSA han regresado a trabajar. Los dirigentes de la huelga lo niegan, y dicen que miles se niegan a regresar a sus puestos de trabajo hasta que Chávez reintegre a los 9,000 despedidos y acepte elecciones adelantadas.