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Amenaza de guerra no hace distinciones

Agencias

DAVOS, Suiza.- Los capitanes de la industria y la política de todo el mundo acudieron ayer a esta localidad suiza para analizar la deprimente situación de la economía global, que atribuyeron principalmente a Estados Unidos, mientras la contraparte mundial se pronunciaba en contra de la creación del Área de Libre Comercio de las Américas.

El punto de confluencia entre ambos foros es la preocupación por una eventual guerra en Iraq.

En Suiza, las actividades comenzaron con el análisis de la desalentadora economía mundial:

“Desgraciadamente, es una historia norteamericana”, afirmó el economista Stephen Roach, de la firma neoyorquina de inversiones Morgan Stanley.

Ya que la economía norteamericana “sigue atascada, el mundo continuará siendo un lugar anodino” en lo que se refiere al desarrollo económico, agregó Roach.

Esa opinión refleja la creencia del Foro Económico Mundial, que volvió a Davos tras ser organizado el año pasado en Nueva York como muestra de solidaridad debido a los ataques terroristas del 11 de septiembre.

Un año de escándalos corporativos, despidos masivos de ejecutivos y el encarcelamiento de algunos de ellos —además de la amenaza del terrorismo y el temor a una inminente guerra con Iraq— ensombrecieron el ambiente festivo de este año.

“Este año no hay absolutamente triunfalismo alguno”, afirmó el industrial Bertrand Collomb, presidente y director general de la empresa francesa Lafarge, dedicada a los materiales de la construcción. “Es comprensible”.

El lema de este año de la conferencia es “Aumentar la confianza”, debido a los escándalos corporativos y el recelo que despiertan muchos ejecutivos empresariales. Solamente los “dirigentes de Estados Unidos” tuvieron una reputación peor.

Unos 2,300 participantes son esperados en este encuentro, frente a los 3,200 de hace dos años. En el terreno político, prometieron su asistencia unos 24 jefes de Estado, frente a más de 30 en el 2001.

El secretario de Estado norteamericano Colin Powell llegará mañana, pero no podrá zanjar las diferencias por el tema de Iraq con el ministro francés de Relaciones Exteriores Dominique de Villepin, quien anunció ayer la cancelación de su viaje. París ha irritado a Washington con su creciente campaña contra una intervención armada en Iraq.

Los economistas que hablaron en la jornada matutina advirtieron que la amenaza de una guerra es la gran incógnita que podría hacer peligrar la recuperación económica en el 2003.

“Encaramos nuevos riesgos, principalmente la guerra, que tienen profundas consecuencias negativas”, dijo Gail Fosler, economista jefe de la organización privada neoyorquina Conference Board.

Si la guerra con Iraq duplica los precios mundiales del crudo, las reducciones fiscales propuestas por el presidente norteamericano George W. Bush deberían bastar para “compensar virtualmente” el impacto en Estados Unidos, agregó la economista.

Sin embargo, si dicha guerra provoca nuevos ataques terroristas, el resultado en el gasto consumidor podría colocar a Estados Unidos en una recesión, advirtió Fosler.

Los economistas de Europa y Asia ofrecieron valoraciones igualmente pesimistas.

Manifestantes

y Globalifóbicos

En contrapunto, en Sao Paulo, Brasil, una marcha de miles de activistas contrarios a un posible ataque de Estados Unidos a Iraq marcó ayer el inicio del Foro Social Mundial, bajo un sesgo antibélico y fuertemente opuesto a las propuestas para crear el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

El encuentro procura presentar ideas que cambien los males del capitalismo moderno sobre los países menos desarrollados: alta deuda externa y términos comerciales que favorecen a los países ricos y a las corporaciones multinacionales.

Se estima que en las actividades participarán alrededor de 100,000 personas, incluyendo una gran cantidad de los llamados “globalifóbicos”. El foro quedó formalmente abierto en una ceremonia después del mediodía, tras la presentación de una encuesta en 15 países y cinco mil ciudades de los cinco continentes.

Los resultados de la encuesta mostraron una mayoría que piensa que la globalización favorece a las grandes empresas y a sus países, que a su vez siguen principalmente los intereses de las corporaciones.

La extensa lista de participantes incluye a intelectuales, catedráticos y celebridades, activistas y políticos.

“Por culpa de la pobreza global, el sistema no reconoce el derecho de todo ser humano al éxito y a los bienes y servicios”, dijo Ricardo Petrella, profesor belga de economía y negocios.

Entre los participantes figuran el lingüista norteamericano Noam Chomsky, el actor Danny Glover y Aleida Guevara, la hija del legendario líder guerrillero Ernesto “Che” Guevara.

Otro notable, el líder campesino francés José Bové, que saltó a la fama en 1999 cuando junto a otros nueve agricultores desmanteló un restaurante McDonald’s en construcción en Francia, dijo que no planeaba nada que alterase el curso del Foro. En 2001 lideró a un grupo del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra y cerca de Porto Alegre invadió un área de cultivos del gigante estadounidense Monsanto.

También estaban presentes políticos de izquierda de España, Francia e Italia, tradicionalmente escépticos respecto a las políticas de libre mercado inspiradas por Estados Unidos.

Se hicieron presente, inclusive, los parlamentarios italianos Vittorio Emanuele Falsitta y Pedro Santinelli, del partido del primer ministro Silvio Berlusconi, quienes tenían previsto reunirse con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para entregarle un informe.

Los diputados coinciden con el Foro respecto a temas ambientales y en la creación de un impuesto que grave los capitales que circulan en los países en desarrollo. “Queremos decirle (al presidente Lula da Silva) que nosotros coincidimos con estas ideas,” dijo Falsitta.

La inauguración del evento también exhibió peculiaridades de la política interna de Brasil.

Los asistentes a la ceremonia inaugural abuchearon al gobernador Germano Riogotto, quien venció en octubre a su rival de izquierda.

No fue el único blanco de silbatinas. Carteles mostrando al presidente George W. Bush lo presentaban como la personificación responsable de los peores enemigos de los asistentes al foro: el capitalismo que beneficia a las grandes corporaciones y de la posible guerra contra Iraq.

Las gestiones de delegados europeos y políticos y sindicalistas de izquierda derivarían en manifiestos y protestas callejeras contra esa posible acción militar.

Incluso había delegados palestinos que pugnaban por llamar la atención a su causa por tener su propio país.

Otro blanco favorito típico de los dos foros anteriores era el ALCA, la propuesta nacida en Estados Unidos para formar un bloque hemisférico de libre comercio.

La Oxfam, institución con filiales en la mayor parte del mundo en lucha contra la pobreza, presentó un estudio reclamando “comercio con justicia para las Américas.”

El documento reclama reglas diferentes a las propuestas bajo el ALCA para el comercio agrícola, la inversión extranjera y la propiedad intelectual.

“Esperamos que del foro salga una voz de alerta sobre el peligro del ALCA, en cuya planificación predominan los intereses financieros y comerciales sobre los sociales,”, dijo Marta Arias, representante de la organización.

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