AP
NUEVA YORK, EU.- Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, acusó al gobierno estadounidense de trabajar para deponer a Fidel Castro de la misma manera que lo hizo con Saddam Hussein.
Tras denunciar también al gobernador de la Florida Jeb Bush -hermano del presidente George W. Bush- y al exilio cubano de Miami por demandar una acción militar contra la isla, Alarcón pidió a Estados Unidos que deje sola a Cuba y manifestó que si su gobierno tuviera que ejecutar nuevamente a ciudadanos lo haría.
“Simplemente déjennos solos”, reclamó Alarcón al presidente Bush. “Simplemente acepten que Cuba no es parte de Estados Unidos, Cuba es un país diferente”, sostuvo en una entrevista que transnmitió ayer la cadena de televisión ABC. La transcripción fue facilitada a la AP.
“Levanten el embargo, terminen con las hostilidades y con todas estas actividades subversivas en Cuba”, pidió a las autoridades estadounidenses.
En la entrevista, Alarcón lanzó duras críticas contra la administración de Bush.
“Estoy convencido que no muy lejos del presidente Bush y su entorno hay gente que no sólo desea sino trabaja activamente para eso”, respondió Alarcón cuando se le preguntó si pensaba que el presidente norteamericano buscaba hacer con el gobernante Castro lo que hizo con Hussein.
“En el gobierno, por su puesto”, aclaró.
El funcionario cubano sostuvo que el hermano del presidente, Jeb Bush, “fue muy abierto, y llamó públicamente en Florida a hacer ... en la nación de Cuba, lo que acaban de hacer en Iraq”.
Alarcón dijo que “algunas personas” están interesadas en promover un conflicto entre Cuba y Estados Unidos y responsabilizó, en parte, a los exiliados cubanos.
“Aquellos en Miami que están pidiendo hasta una acción militar contra Cuba, incluyendo al gobernador (Jeb Bush)”, indicó cuando le preguntaron a quién se refería.
Alarcón dijo que el periodista independiente y poeta Raúl Rivera y la disidente Marta Cabello fueron arrestados en Cuba luego de un juicio sumario “porque estaban actuando como parte de una conspiración de un gobierno extranjero”, aludiendo sin mencionar a Estados Unidos.
Negó asimismo que los 14 diplomáticos cubanos expulsados por Estados Unidos recientemente hayan realizado tareas de espionaje y dijo que su país “considerará cuidadosamente qué hacer” para responder a las medidas norteamericanas.
Aclaró, sin embargo, que “no vamos a jugar, a jugar su juego”.
Sobre las tensiones entre la isla y Estados Unidos, Alarcón dijo que “no estamos en favor de la guerra sino de mejorar las condiciones”.
Refiriéndose a la ejecución de los tres secuestradores de una lancha fusilados, Alarcón dijo que fueron “decisiones excepcionales porque nosotros no ejecutamos a la gente aquí (en Cuba) como lo hacen en Texas...”.
Dijo que como resultado de las ejecuciones “no se produjo ningún secuestro (de inmigrantes) desde ese momento” y afirmó que su gobierno podría repetir esas acciones.
“Si tenemos que hacerlo, lo haremos”, manifestó Alarcón sobre las ejecuciones, “pero preferiríamos no estar en esa posición”.
Los tres cubanos fueron fusilados tras ser condenados en juicios sumarios por cometer actos terroristas contra el estado cubano al secuestrar una lancha de pasajeros con la que esperaban llegar a Estados Unidos.