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MÉXICO, DF.- Hay males de los que pocas veces se escucha, pero son una verdadera pesadilla, sobre todo aquellos que tienen como blanco principal a los niños. Ese es el caso de la hipocondriasis, un trastorno sicológico y emocional causado por depresión y ansiedad, padecimientos cada vez más frecuentes en infantes. Por eso, es importante saber que con el diagnóstico y el tratamiento oportunos disminuyen o desaparecen sus síntomas.
De acuerdo con el doctor Jesús Quezada, siquiatra del Hospital General de Zona número 27 del IMSS, el dolor de cabeza, palpitaciones, presión alta o baja y trastornos del sueño, son manifestaciones recurrentes en un hipocondríaco, que se encuentran sólo en su mente.
A estas personas, dice el especialista, se les “van formando mapas mentales”, ideas, experiencias y antecedentes en el ámbito cerebral, que les ocasionan la sensación de que algo está mal.
Entre los hipocondríacos se da mucho la automedicación para “aliviarse”, caen en el abuso de analgésicos, antibióticos y ansiolíticos, lo que les causa problemas gastrointestinales severos como gastritis, úlceras, presión elevada, y en muchas ocasiones hasta una intoxicación medicamentosa.
El fondo de este trastorno emocional, señala el especialista, es la existencia de depresión y ansiedad; en el primer caso se manifiesta con pesimismo por la vida, minusvalía (la persona no se siente bien y carece de autoestima), trastorno del sueño y del apetito. La ansiedad se caracteriza por apresuramiento, miedo infundado, ideas negativas; se piensa en lo peor, en asalto, secuestro, muerte.
Se desconoce el porqué ciertas personas padecen de depresión y de ansiedad, pero se sabe que los antecedentes familiares son frecuentes. En los niños, agrega, estos problemas mentales están directamente relacionados con la disfuncionalidad familiar, abandono, maltrato, abuso sexual, así como con la falta de atención y amor, y pueden provocar tendencias suicidas, que van aumentando.
En la aparición de estos trastornos mentales influyen las condiciones socioeconómicas que, muchas veces, determinan un nivel de vida precario y con insatisfacción de necesidades básicas, así como el estrés, la contaminación ambiental (ruido), la sobrepoblación y, algo muy importante, una alimentación desbalanceada que causa deficiencia de vitaminas, minerales y aceites naturales, señala.
Quezada puntualizó que estos pacientes no son atendidos de manera adecuada, debido a que en México la psiquiatría todavía no es del todo aceptada en la sociedad; y quienes acuden a ella, muchas veces, abandonan el tratamiento, porque son criticados, la gente se burla de ellos o se les etiqueta como locos.