En el concierto nacional del periodismo, El Siglo de Torreón es el periódico que con legítima razón, puede ufanarse de ocupar un lugar de privilegio, no sólo por su veracidad y su defensa denodada de las causas justas, sino también por tener una planta de renombrados editorialistas. Es por ello que tener un espacio en sus páginas, es un tinte de orgullo para todos cuantos en alguna forma hemos entintado sus páginas con nuestros pergeños.
Tal es el caso de esta columna que hoy cumple once años desde su primera aparición en este rotativo. Creemos que se ha cumplido el objetivo de hacer presencia del Club Sembradores de Torreón ante la comunidad lagunera, divulgando los principios y propósitos de su ideario y su actividad altruista y social.
Así, en este décimo primer aniversario de la vida de Amigo Sembrador, nuestro club expresa su agradecimiento a la señora Beatriz Ruiz de González Juambelz, que nos ha apoyado durante todo ese tiempo y, a la vez, presenta sus respetos y consideración a los directivos de El Siglo de Torreón.
Y si de celebraciones hablamos hay que hacer mención muy especial del evento que se efectuó el viernes pasado en un salón de la vecina Gómez Palacio, en que se tomó la protesta de rigor, al nuevo consejo directivo y al comité de damas del Club Sembradores de Torreón, encabezados por Sergio Berlanga Espinoza y por Laura Villarreal de Berlanga, a quienes deseamos el más completo éxito.
Pero es justo hacer resaltar la actuación de la directiva que recién terminó su gestión, porque hizo entrega de un club robustecido, con los ánimos muy en alto, con nutrida asistencia de socios en todos sus eventos y membresía numerosa. Todo cuanto se planeó se llevó a la práctica con éxito, lo mismo en el servicio comunitario, como en el aspecto social, con el campanazo que significó la convención en la ciudad de Zacatecas. Por todo esto, son dignos de felicitación Fernando González Lafuente y su esposa Laurencia, así como también los directivos y comités que con tanta eficacia les apoyaron.
Algunos de nuestros consocios y consocias, escriben y lo hacen con propiedad, pongamos por casos, de las damas, a Mussy Urow y Celia Jalife y de los señores, a Jesús Campos, Toño Yarza y César Villalobos, éste que por allá en 1988, auspiciado por Miguel Ángel Ruelas, escribía en El Siglo de Torreón una columna titulada Punto de Vista. Su quehacer en el mundo empresarial le impidió seguir escribiendo para el periódico, pero cuando el estro le llega, toma la pluma para expresar sus emociones, como en los versos que ahora te repito:
“Viajarán mis cenizas revueltas con el agua que cae sobre el suelo de mis lugares, hasta hacerse parte de su barro./ Naceré cada año en primavera, con los brotes del verdor que siempre he amado. Luego vertiendo mis semillas en otoño lograré trasmutarme en el entorno./ Y permaneceré así con vida eterna, ligado a la naturaleza de Dios. Por los tiempos de los tiempos”. Que esté lejano ese instante, dice este columnista.