Reuters
CARACAS, Venezuela.- Una misión de seis países inició ayer gestiones en Caracas en busca de una salida a la crisis política de Venezuela, que ante las secuelas de un paro opositor de dos meses se apresta a establecer un control de cambios para frenar la fuga de capitales.
El llamado Grupo de Amigos de Venezuela promoverá los esfuerzos infructuosos que realiza desde noviembre la Organización de Estados Americanos (OEA) y que respaldó con un plan el Premio Nobel de la Paz Jimmy Carter para poner fin al enfrentamiento entre la oposición y el presidente Hugo Chávez.
Carter propuso enmendar la Constitución para permitir la convocatoria a elecciones anticipadas o la realización de un referendo revocatorio, que la Carta Magna permite a partir del 19 de agosto, sobre el mandato del militar retirado.
Representantes de la oposición en la “Mesa de Negociación” con el gobierno que promueve la OEA adoptaron el miércoles la propuesta de enmienda constitucional para recortar desde seis a cuatro años el mandato de Chávez, que culmina en el 2007.
Américo Martín, un representante de la oposición en la negociación, afirmó que el grupo de amigos -que integran Brasil, Chile, México, Estados Unidos, España y Portugal-, “vienen no a cumplir un papel de cortesía ni de lejana influencia, sino que vienen actuar a fondo” en una salida electoral urgente.
“Preferimos una solución negociada antes que una solución impuesta por una sola de las partes a través de la iniciativa popular”, dijo Martín a la emisora local Unión Radio sobre la propuesta de enmienda, para la que comenzarán a recoger firmas de apoyo el fin de semana.
El canciller Roy Chaderton respondió en la misma emisora que “el gobierno no tiene interés en deshacerse del gobierno, el gobierno no procura el recorte de su mandato ni procura elecciones anticipadas ni procura ningún cambio de gobierno ni siquiera dentro del marco constitucional”.
Algunos analistas dudan que durante la reunión del “grupo de amigos” se llegue a la firma de un acuerdo que alivie la presión en las calles, donde adversarios y seguidores del gobernante suelen chocar con piedras, palos y armas de fuego. Desde que se inició el paro hubo siete muertos.
Restricción hasta normalizar producción de crudo
Chávez, un militar retirado que ganó las elecciones de 1998 prometiendo una “revolución” en favor de los pobres, reiteró el miércoles amenazas de encarcelar a sus adversarios e insistió en que no abandonará el cargo por la presión opositora.
El “paro cívico” exigiendo la renuncia de Chávez, iniciado el dos de diciembre y que paulatinamente pierde fuerza, afectó principalmente la vital empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), a raíz de una huelga de muchos de sus trabajadores.
El gobierno dice que el país ha perdido más de tres mil millones dólares entre diciembre y enero en ingresos petroleros por causa del paro, promovido por empresarios, sindicalistas y políticos opositores.
En medio de la profunda inestabilidad política, el gobierno cerró temporariamente desde la semana pasada y hasta el cinco de febrero el mercado cambiario, ante una ola de compras nerviosas de dólares.
El ministro de Finanzas, Tobías Nóbrega, dijo ayer que el gobierno aplicará un control cambiario con una tasa única ajustable mensualmente y, en una tapa posterior, establecería una segunda tasa.
Nóbrega ratificó que el control será temporal y que su levantamiento dependerá de la normalización del flujo de los ingresos petroleros derrumbados por el paro y el apaciguamiento de la crisis política.
“En la medida en que esos dos factores vayan de alguna manera normalizándose (...) iremos entrando a un régimen de cambio dual, con un cambio libre, paralelo y que exista otro mercado con un tipo de cambio regulado para los bienes de primera necesidad”, dijo en una entrevista con la televisora estatal.