Notimex
Washington, EU.- Más de mil 526 personas fueron ejecutadas por autoridades judiciales en 31 países durante 2002, denunció ayer Amnistía Internacional (AI), al demandar una moratoria a la pena de muerte en todo el mundo.
La organización humanitaria reveló que China, Irán y Estados Unidos sumaron el 81 por ciento de todas las ejecuciones corroboradas a lo largo del año pasado.
Destacó, sin embargo, que Estados Unidos fue el único país que aplicó la pena de muerte a menores al efectuarse en el estado de Texas la ejecución de tres reos que tenían menos de 18 años de edad cuando cometieron sus crímenes.
Amnistía Internacional registró el año pasado mil 60 ejecuciones en China y 113 en Irán, aunque indicó que se cree que en ambos países el número fue mucho más alto. Estados Unidos aplicó la pena capital a 74 personas, cuatro más que en 2001.
Otras 279 ejecuciones fueron registradas en 28 países más a lo largo de 2002. Sin embargo, el número de ejecuciones es considerablemente menor a las tres mil 48 que fueron registradas en 2001, principalmente porque las campañas de “línea dura” aplicadas por China elevaron a dos mil 468 el número en esa nación correspondiente a ese año.
Amnistía Internacional aclaró que las cifras divulgadas ayer sólo incluyen los casos conocidos por la organización.
“Es imposible proporcionar un número completo y total porque muchos países mantienen en secreto en forma deliberada la verdad sobre las ejecuciones, eliminando así el presunto valor de desaliento o prevención de la pena de muerte”, explicó.
La organización humanitaria apuntó que a lo largo de 2002 se contabilizaron también más de tres mil 248 personas que recibieron sentencias de muerte en 67 países del mundo.
“En muchos de los casos, las sentencias fueron impuestas en descarada violación de los estándares internacionales sobre la aplicación de la pena de muerte”, indicó.
Al dar a conocer las cifras, Amnistía Internacional pidió a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas asumir una posición más fuerte en contra de la pena de muerte para que se establezca una moratoria a las ejecuciones en el mundo. “La pena de muerte es un castigo degradante, inhumano y de máxima crueldad y una violación del derecho a la vida”, señaló la entidad al agregar que “es hora de eliminar para siempre este castigo barbárico”.
La organización reveló que durante 2002 se registraron algunos progresos orientados a la abolición de la pena capital al indicar que para finales del año pasado 111 países habían excluido de sus legislaciones esa sanción.
Durante 2002, Chipre y la República Federal de Yugoslavia (ahora Serbia y Montenegro) suspendieron la aplicación de la pena capital en todos los casos, mientras que Turquía abolió ese castigo de su legislación.
Amnistía Internacional también elogió las decisiones del presidente de Tanzania de conmutar la pena de muerte a 100 personas convictas de homicidio y la del ex gobernador de Illinois, George Ryan, que decidió antes de dejar beneficiar a 167 presos condenados a la pena capital.