México, (Notimex).- Las células "T" reguladoras del sistema inmunológico son capaces de controlar la acción de las células "T" autorreactivas, que destruyen el tejido en enfermedades autoinmunes, de ahí su importante potencial clínico en el análisis de enfermedades como la diabetes tipo 1, artritis o lupus eritematoso.
En el artículo "¿Por qué el sistema inmunológico reconoce lo propio como extraño?", publicado por la gaceta "Biomédicas" que edita la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la investigadora Adelaida Sarukhán dio a conocer los avances logrados en su estudio sobre los mecanismos de autoinmunidad en la diabetes tipo I.
La especialista, adscrita al Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia, indicó que últimamente se ha descrito una población de células "T" reguladoras que son capaces de controlar la acción de células "T" autorreactivas.
Lo conocido hasta ahora, continuó, es que el sistema inmunológico asegura la existencia de elementos específicos frente a cualquier agente extraño y frente a variaciones antigénicas que experimentan muchos microorganismos.
Como contraparte a la producción de diversidad, se generan elementos capaces de reconocer antígenos del propio organismo. Por esta razón, el sistema inmune necesita aprender a distinguir lo propio de lo no propio.
Ello gracias a mecanismos que neutralizan física o funcionalmente los elementos reactivos, en este caso las células "T" con antígenos propios que establecen la tolerancia inmunológica hacia lo propio o la autotolerancia.
Sin embargo, en algunas ocasiones, la tolerancia hacia lo propio se rompe y el sistema reconoce también a células del propio individuo como agentes extraños y los empieza a liquidar.
Esto es lo que ocasiona las enfermedades conocidas como autoinmunes, entre ellas la artritis reumatoide, el lupus eritematoso, la esclerosis múltiple y la diabetes tipo I, que implican la destrucción de tejidos o alteraciones funcionales como resultados de la acción de las células "T" y "B" autorreactivas.
Entonces, un aumento en la frecuencia o acción de las células "T" reguladoras podría prevenir o frenar procesos autoinmunes, mientras que una disminución de las mismas y un incremento de las efectrices podría resultar en una mejor respuesta antitumoral.
La investigadora considera que la manipulación de este tipo de células de manera específica y precisa permitiría abrir puertas hacia una inmunoterapia eficaz.
Para desarrollar su investigación, la doctora Sarukhán utilizó como modelos ratones transgénicos con un receptor de células "T" específico de un antígeno bien caracterizado, la hemaglu-tinina con transgen.
La ventaja de utilizar este sistema transgénico que genera células "T" reguladoras "in vivo", explicó, es que permite conocer la especifidad antigénica de las células en cuestión.
"Si uno se va a los sistemas espontáneos no se sabe cuál es el antígeno o las células que inducen la enfermedad, pero si uno va a los modelos transgénicos se pueden empezar a entender las cosas", concluyó Sarukhán, quien realiza una estancia en el Departamento de Inmunología del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.