Washington, 14 mar (EFE).- El presidente estadounidense, George W. Bush, analizará el próximo domingo en las islas Azores la crisis de Iraq con los jefes de gobierno de España, José María Aznar, y el Reino Unido, Tony Blair, anunció hoy la Casa Blanca.
"El presidente viajará el domingo por la mañana a las Azores para reunirse con el primer ministro Blair y el presidente (del gobierno) Aznar con quienes estudiará las posibilidades de resolver la situación pacíficamente con diplomacia en una búsqueda final de una resolución de las Naciones Unidas", indicó el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
Bush, Aznar y Blair discutirán su estrategia en la ONU, donde su propuesta para una resolución que dé a Irak un ultimátum para el desarme del régimen del presidente Sadam Husein afronta la oposición de otros miembros del Consejo de Seguridad.
Fuentes estadounidenses indicaron que a esa reunión se puede sumar el primer ministro de Portugal, José Manuel Durao Barroso, por celebrarse en las Azores, archipiélago portugués en medio del océano Atlántico.
Las fuentes oficiales dijeron que en el encuentro en Azores, los tres gobernantes se concentrarán en sus gestiones para obtener apoyo internacional y no discutirán los planes militares para la invasión de Irak.
Para la Casa Blanca, según Fleischer, esta cumbre es la última oportunidad que se le da a la diplomacia para lograr que Sadam Husein cumpla con las resoluciones de la ONU, que exigen que se despoje de armamentos nucleares, radiactivos, químicos y biológicos.
"Este es un último intento importante de diplomacia, persiguiendo hasta la última posibilidad diplomática, para que haya un avance de cara a la votación en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", dijo Fleischer.
"Todavía seguimos buscando esta votación la semana próxima, no hemos fijado fecha", agregó el portavoz al referirse al proyecto de resolución presentado por EEUU, el Reino Unido y España.
El Gobierno de Bush sostiene que la resolución 1.441, adoptada en noviembre por el Consejo de Seguridad, ya contiene suficientes advertencias a Irak sobre las consecuencias que traería su incumplimiento de las exigencias de desarme.
Pero Washington ha hecho gestiones diplomáticas adicionales para atender las necesidades de sus aliados más firmes, Blair y Aznar, quienes se enfrentan a la oposición de la mayoría de la opinión pública en sus países y, en el caso del primer ministro británico, aún dentro de su propio Partido Laborista.
El Reino Unido ha elaborado una propuesta y la ha enmendado para darle a Irak un plazo para que acepte su desarme o se enfrente a una posible acción militar.
Mientras tanto, EU y el Reino Unido han concentrado un cuarto de millón de soldados, seis portaaviones con sus flotillas respectivas, cientos de aviones y decenas de barcos de guerra en la región del golfo Pérsico, ante la eventualidad de un ataque a Iraq.
Bush ha dicho reiteradamente que Estados Unidos "no necesita permiso" de nadie cuando se trata de defenderse.