MÉXICO, DF.- Considerada la “Reina del Tex Mex”, la cantante Selena Quintanilla cumplirá este 31 de marzo ocho años de haber perdido la vida a manos de su ayudante Yolanda Saldívar, cuando apenas contaba con 23 años y la fortuna le sonreía.
Con su muerte, la intérprete de temas como La Carcacha, Como la Flor y No me Queda Más, habría de convertirse en todo un fenómeno de popularidad que detonó la venta de sus discos, sus diseños, su película y diversos fetiches producidos "en su memoria".
Aunque Selena era una chica muy norteamericana que adoraba las pizzas y tenía como primera lengua el inglés, cuando cantaba lo hacía en español, pues se consideraba latina, lo que pronto habría de convertirla en un mito entre los hispanos en Estados Unidos.
A decir de sus biógrafos, Selena llegó a representar el nuevo modelo de mujer latina en la unión americana: segura de su físico y de su cultura, una mujer norteamericana en su reivindicación de la libertad y la igualdad, en su búsqueda del éxito social y económico, pero que no quería disfrazarse de gringa. Selena nació en Lake Jackson, Texas, el 16 de abril de 1971, en el seno de una familia humilde, donde se le enseñó a conseguir sus metas a base de trabajo.
Su carrera musical inició a los ocho años cuando empezó a cantar en el grupo tejano Los Dinos, formado por su padre, con el que se trasladan a Corpus Christi, donde logra romper barreras y se convierte en la reina de una música hasta entonces dominada por los hombres.
Su primer álbum Alpha, cantado íntegramente en español, arrasó con los Tejano Music Awards en 1987, donde Selena ganó el premio a la Cantante revelación del año. Pronto se convirtió en la más grande estrella de la música regional que se conoce con el nombre de "Tejano", que combina las tradiciones de la polka, el rock, R&B, pop e influencias tradicionalmente latinas. Al trascender el género, Selena pasó a ser una estrella latina que colocó éxito tras éxito en las carteleras de popularidad, con el apoyo de miles de fanáticos que la iban a ver a sus conciertos.
A los 23 años, la cantante contaba ya con dos discos de oro y uno de platino; también había ganado un Premio Grammy, el honor más grande en la industria musical, y había colocado cinco canciones en las listas Billboard. Ese mismo año, 1994, Selena, a quien le fascinaba el mundo de la moda, abrió la boutique "Selena etc" en Corpus Christi y para principios de 1995 se preparaba para conquistar al público de habla inglesa con su disco Dreaming of You.
Testigo del top que alcanzaba la cantante, en febrero de 1995 se presentó en el Astrodome de Houston, ante 50 mil personas que corearon y bailaron efusivos con lo que sería el último concierto de la “Reina del Tex Mex”.
Luego de su matrimonio con Cris Pérez, se puede decir que a los 23 años, Selena Quintanilla Pérez había visto casi todos sus sueños convertirse en realidad, dicen sus seguidores.
Ella y su familia habían alcanzado un nivel de éxito que jamás se habían imaginado y su carrera ascendente no mostraba signos de detenerse. Sin embargo, el 31 de marzo, la radio habría de conmocionar a sus escuchas al anunciar el trágico deceso de la estrella, quien recibió un disparo en la espalda de parte de su ayudante Yolanda Saldívar, quien fue capturada y procesada por el homicidio de la cantante.
Luego del entierro de Selena, al que asistieron unas 50 mil personas, la leyenda inició y la estrella se convirtió en una de las más grandes vendedoras de discos con tres millones de copias de su último álbum, tan sólo en Estados Unidos.
Además, se han publicado ocho libros sobre su vida; hay tres websites de Internet dedicados a ella, Corpus Christi ha bautizado un parque con su nombre y han levantado una estatua de ella en el paseo marítimo.
La muerte de Selena también provocó que por primera vez muchas empresas norteamericanas voltearan a mirar el mercado hispano, entre ellas la revista People, que lanzó una edición especial acerca de Selena y logró la venta de casi medio millón de ejemplares.
Mantienen su recuerdo
Tan simbólico como el mito de Pedro Infante para los mexicanos, la imagen de Selena es el icono más expresivo en la historia musical de los mexicano-americanos en Estados Unidos. A ocho años de su muerte, ocurrida el 31 de marzo, el mito no se desvanece, no se agiganta ni disminuye, permanece.
Aunque su presencia discográfica ya no es tan contundente -pese a los esfuerzos insaciables de su padre Abraham Quintanilla-, Selena ha trascendido a la glorificación como mito chicano universal, sobre todo en este día en que se acaba de conmemorar la marcha por el décimo aniversario luctuoso de César Chávez, a la que se sumó el grupo Jaguares.
Entre los innumerables objetos que ha generado la industria Selena, como boutiques (en San Antonio y Corpus Christi), discos conmemorativos, el museo, nueve libros sobre su vida, su monumento, el impacto más contundente fue el lanzamiento de Jennifer López como estrella latina de Hollywood.
"Soy un director latino y he trabajado con casi todas las actrices latinas, no solamente con Jennifer López, quien ganó el papel porque hizo la mejor audición; tenía el talento de una buena actriz para captar el alma de Selena en la pantalla", dijo Gregory Nava, director de la cinta sobre la “Reina del Tex Mex”.
Filmado por azares del destino -el disparo de Yolanda Saldívar a la artista- el filme petrificó en el celuloide la imagen de la vocalista latina más importante en EU de los últimos tiempos.