TORREÓN, COAH.- Muy caro pagó sus deslices Tomasa Torres Román, que tras ser descubierta por su cónyuge, éste no pudo soportar los engaños de los que fue objeto y propinó salvaje andanada de puntapiés en cabeza y rostro, causándole graves lesiones que le hicieron perder el ojo derecho. El responsable se encuentra bajo arraigo y hoy se le girará la orden de aprehensión correspondiente.
Los sangrientos hechos ocurrieron el pasado 17 de septiembre por la madrugada, luego que Tomasa, de 45 años de edad, con domicilio en avenida Román Cepeda Flores No. 810 de la colonia Luis Echeverría Álvarez, departiera alegremente fuera del hogar conyugal con uno de sus “amigos” en el antro denominado El Nopal, ubicado sobre la calle Blanco entre avenidas Juárez y Morelos.
La prolongada ausencia de Agustín de la Rosa Cerda, de 50 años, que por mucho tiempo estuvo laborando en Estados Unidos para prodigarle lo necesario para vivir a su esposa Tomasa y sus cuatro hijas, provocó en ella un síndrome de olvido y abandono y la imperiosa necesidad de ser querida.
Este sentimiento ocasionó que Tomasa comenzara a frecuentar distintos bares en diversos puntos de la ciudad, donde se relacionó con varias personas del sexo masculino, logrando de esta manera mitigar un poco el descuido en que la tenía su pareja.
Su concurrencia a los antros le causó algunos problemas con las autoridades de Prevención Social, de tal forma que para evitar lo anterior, decidió tramitar la respectiva licencia sanitaria y así ya no sería detenida por confundírsele con damas de la vida galante.
Pero en diciembre de 2002, parecía que su reanudada vida sentimental llegaba a su término cuando hizo su arribo Agustín, quien decidió buscar un empleo en esta ciudad y así ya no alejarse tanto de su hogar, brindando la atención requerida tanto a su esposa como a sus hijas.
Fue así que el pasado 16 de septiembre del año en curso. Tomasa, tras ataviarse con sus mejores galas y adornarse cuello, muñecas y dedos con sus más finas alhajas, salió a divertirse, como era su costumbre, aprovechando la celebración de la Independencia de nuestro país.
Para ello, concertó cita con uno de sus dos “amigos” favoritos, para verse, libar y bailar en bar El Nopal, donde permanecieron hasta pasada la medianoche.
A las 02:20 horas, elementos de Seguridad Pública, a bordo de la unidad 35390, luego de recibir un reporte telefónico del Servicio de Emergencias 060, la encontraron tirada en la calle, en el crucero de calle Ocho y avenida Nazario Ortiz Garza de la colonia Luis Echeverría.
Minutos antes, Agustín, cegado por la ira que despiertan los celos, enfrentó a su mujer antes de que llegara a su domicilio.
Tras echarle en cara sus presuntas infidelidades, el marido ofendido no se pudo contener y arremetió a golpes con la madre de sus hijas, a quien derribó de un fuerte puñetazo para enseguida propinarle una andana de puntapiés en rostro y cabeza y posteriormente abandonarla a su suerte, una vez desquitado su coraje.
Días después de haber luchado con la muerte y seguir con vida, Tomasa, en su lecho de hospital, ante la agente del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, mesa uno, Coordinación A, Yolanda Ezqueda Moreno, identificó plenamente a su agresor de entre varias fotografías que le mostraran.
La salvaje golpiza recibida, le ocasionó la pérdida del ojo derecho, además de la fractura del tabique nasal y parte del rostro, traumatismo craneoencefálico, así como numerosas contusiones principalmente en la cabeza, que la mantienen encamada en el Hospital de Especialidades No. 71 del Seguro Social. Sin embargo, ya arde en deseos por reanudar su licencioso ritmo de vida.
El Ministerio Público, tras obtener el señalamiento de la golpeada mujer, logró una orden de arraigo para Agustín de la Rosa Cerda, quien se encuentra en una de las habitaciones del hotel California, sito en calle 20 entre bulevar Águila Nacional y Diagonal Reforma en espera de que a más tardar hoy, el juez penal obsequie la orden de aprehensión en su contra.