27 octubre 2003
Washington, (EFE).- La cadena Wal-Mart anunció que revisará el status legal de sus 1,1 millones de empleados en EEUU y que despedirá a todo inmigrante indocumentado, tras una redada que detuvo a más de 300 empleados de limpieza subcontratados por sus tiendas.
Esta semana pasada las autoridades federales hicieron redadas durante la madrugada en 61 tiendas Wal-Mart en 21 estados y capturaron a más de 300 personas, en su mayoría oriundas de Europa oriental, que trabajaban en el turno nocturno de limpieza.
Los detenidos no eran empleados directos de Wal-Mart sino de firmas subcontratistas con las cuales la mayor cadena de tiendas de descuento en el mundo ha firmado contratos para la provisión de servicios.
"Ahora estamos revisando el status (de los empleados) en varias áreas", dijo el portavoz de Wal-Mart, Tom Williams. "Si se da el caso (de que haya empleados indocumentados), y no creemos que así sea, obviamente cumpliremos con lo que marca la ley".
Las autoridades federales sostienen que algunos ejecutivos de Wal-Mart estaban al tanto directamente del arreglo con subcontratistas que incluía el empleo de inmigrantes indocumentados.
De acuerdo con la ley de inmigración todo empleador que, a sabiendas, contrate un trabajador extranjero que no tiene autorización para trabajar en Estados Unidos puede estar sujeto a una multa de hasta 10.000 dólares por cada individuo.
Wal-Mart, que emplea 1,4 millones de personas en todo el mundo, es el octavo socio comercial de China -por delante aún del Reino Unido- y obtiene de ese país buena parte de sus suministros de artículos de consumo que vende a precios muy bajos.
En sus tiendas la firma Wal-Mart ha impedido la formación de sindicatos.