BERLIN, (Reuters) - Las ciudades alemanas con falta de liquidez y con la economía del país al borde de la recesión, decidieron aplicar un "impuesto de placer" a los burdeles para ayudar a resarcir los baches presupuestarios.
Colonia dijo que ampliaría su impuesto de placer existente, que ya se aplica a los casinos y a los programas públicos de recreación, a los burdeles, a los sex shows y a las ferias de comercio erótico.
Las ciudades de Gelsenkirchen y Dorsten ya lo han hecho así, pero nada más con un modesto éxito hasta ahora. Sólo cerca de una décima parte de los burdeles han pagado desde que se amplió el monto de impuestos en enero.
Los funcionarios de impuestos están revisando los prostíbulos y las prostitutas que trabajan en su casa para ver si son elegibles para pagar impuestos, con un monto de 5,60 euros (6,40 dólares) por 10 metros cuadrados de espacio de negocio por día. Cualquier establecimiento más pequeño está exento.
"Nuestros inspectores de impuestos ven los anuncios de sexo en los periódicos locales y luego los visitan, pero van equipados con cintas de medir", dijo Martin Schulmann, portavoz de Gelsenkirchen.
Sin embargo, aunque pagaran todos los burdeles de Gelsenkirchen, la recaudación por este concepto sólo ascendería a 150.000 euros (171.400 dólares) al año, una gota en el océano de los 250 millones de euros de deuda que tiene la ciudad.
Alemania, denominada "el enfermo de Europa" porque su gigantesca economía se estancó desde el 2001, está luchando con un déficit presupuestario y desempleo masivo.