SALTILLO, Coah.- Diputados locales del PRI y del PAN están de acuerdo con la propuesta del comercio de Torreón que presentó al Congreso, para que se establezcan penas más severas que castiguen el “farderismo” y a los pandilleros que “graffitean”, por lo que apoyarán esta postura cuando se turne la petición a discusión.
El diputado del PRI, Salomón Juan Marcos Issa, dijo que la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, revisará en los próximos días la citada propuesta a fin ver cuáles artículos del Código Penal tendrían que ser modificados, en su caso.
Recordó que cuando fue alcalde de Torreón, el ayuntamiento envió al Congreso una petición en el mismo sentido, con base a las demandas que presentó el comercio organizado a la autoridad municipal, pero que la solicitud desafortunadamente no fue atendida.
Dijo que en el caso del “farderismo”, ahora en Torreón actúan hasta bandas organizadas y que es un robo hormiga que daña gravemente al sector comercio, y que las leyes de la materia están rebasadas y favorables al infractor.
Indicó que quienes son detenidos por cometer esta falta, no tienen mayores problemas para quedar libres porque con una multa que pagan se libran de la cárcel, por lo que vuelven a incurrir en el saqueo de los comercios.
En cuanto al “graffiti”, dijo que últimamente Torreón se ha visto muy afectado con las pintas que hacen en las bardas y edificios los pandilleros, sin que nadie los detenga a o castigue, debido a que las leyes les resultan favorables.
Por su parte el legislador panista, José Luis Triana Sosa, dijo que también esta de acuerdo con la petición que hizo la Canacoto al Congreso, porque de no aplicar penas más severas es tanto como propiciar ese tipo de conductas que dañan al comercio organizado y a la ciudad entera.
Consideró que uno de los problemas del “farderismo”, es que están implicadas familias enteras que usan a sus hijos menores, casi niños, para evadir la acción de la justicia, por lo que esta cultura del robo se va trasmitiendo de padres a hijos como algo normal.
Estableció que tanto el robo de las bandas de farderas como el “graffiti”, deben ser considerados como delitos en sí, con penas propias, más severas, que impidan la reincidencia.