Los directores que fueron a la casa del Rector, el jueves 12 de junio, a las 13:00 horas, tenían como propósito enterarse de viva voz de la verdad de los rumores que se escuchaban en los corrillos de la universidad y en la prensa, como las renuncias del Secretario General y el Tesorero, y manifestarle el reconocimiento a su autoridad, y respeto a sus decisiones y acuerdos.
Salvador Rodríguez Lugo, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, narra detalles de este encuentro, al que no estaba convocado originalmente, y de paso aclaró que a él no lo han invitado a ocupar algún cargo dentro de la administración central. Sobre la posibilidad de que le propusieran, dijo que no lo ha pensado.
Dijo que en la reunión con el rector José Ramón Hernández Meraz participaron directores y secretarios de escuelas, facultares e institutos. “La idea era enterarnos de lo que se hablaba por rumores”.
Indicó que los directores de institutos originalmente no estaban considerados en la convocatoria que promovió Pedro de la Cruz Álvarez, director del Colegio de Ciencias y Humanidades, porque, a diferencia de los directores que son electos, ellos lo son por designación, por lo que nunca había participado en ninguna de las reuniones de este grupo de directores.
“Pero se nos invitó y asistimos”, indicó. En la entrevista con el Rector cada director rindió un parte, de cómo están trabajando, pero también dijo que plantearon algunas situaciones como la posibilidad que existía de que hubiera remoción de algunos funcionarios o que si les había pedido la renuncia, a lo que Hernández Meraz respondió que no.
Asimismo, agregó, el Rector aclaró que con la entrada en vigencia de la Ley de Acceso a la Información quería que la Universidad y todas sus dependencias tengan actualizada su información, por lo que comenzará un proceso de entrega-recepción, independientemente del tiempo que les falte a los directores para agotar los periodos para los cuales fueron electos o designados.
Ahí también, el Rector les dio a conocer que este proceso se había empezado en la Tesorería y Secretaría General, por ser dependencias inmediatas del Rector y por el manejo administrativo y financiero que representan.
En este sentido, destacó que la recomendación del Rector fue en el sentido de que todos los funcionarios tienen la obligación de mantener actualizada la nómina, el manejo de recursos, los estados financieros, para informar el estado actual de la institución no sólo a los universitarios, sino a quien tenga interés en informarse.
Rodríguez Lugo aclaró que por parte de los directores no se hizo ninguna petición, o inquietud. “Simplemente, los directores que ya habían participado en reuniones previas expresaron los deseos de buena salud, solidaridad y de trabajar con el Rector hasta el fin de su periodo”, afirmó.
Estableció que ayer que fue día de pago en la universidad estuvo en Tesorería y en la Secretaría General y todo mundo estaba trabajando normalmente.
Sobre los rumores de que sería invitado a ocupar algún cargo dentro de la Universidad, a raíz de que iban a pedir licencia el Tesorero y el Secretario General, afirmó que no había recibido ninguna propuesta ni le habían formulado ninguna invitación. Estableció que en el Instituto a su cargo está trabajando en tres programas: uno es la Constitución Comentada del Estado Libre y Soberano de Durango; estaban por iniciar las Jornadas de Actualización Fiscal y está en marcha el Plan de Desarrollo Institucional de la Facultad de Derecho y el IIJ, con un horizonte de seis años. “No me han invitado”, reiteró.
Sobre la posibilidad de que pudieran invitarlo a contribuir a poner calma y tranquilidad en la universidad, afirmó que no lo ha pensado.
“Creo que los que están ahorita tienen suficientes recursos y habilidades para solucionar estos problemas”. También que el Rector podría tener aparentemente afectada la carrocería, pero el motor y el cerebro está perfectamente bien. “Sus decisiones son acertadas y objetivas.
En fin, fue una reunión muy humana, en donde el Rector también habló de su padecimiento y su tratamiento, pero en donde también “chanceamos” (bromeamos) con él.