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Aprenden a reaccionar ante contingencias

Por Ma. Cecilia Aguilar Acuña

El Siglo de Torreón

SAN PEDRO, COAH.- Todo inició ayer a las 10:30 de la mañana. Un fuerte zumbido en la válvula de seccionamiento del gasoducto de 24 pulgadas “Bolívar” movilizó al personal de seguridad, pues una fuga de gas se presentó al momento que uno de sus anillos cedió. De inmediato el lugar se vio envuelto por una nube de humo blanco y asfixiante. Seguridad de la empresa petrolera actuó de inmediato, pues la vida propia y de los lugareños estaba en juego: ¡El gas escapaba a tontas y a locas!

En la carretera Torreón-Chávez- San Pedro, se localiza esta válvula que como vecinos tiene a varios poblados y escuelas, entre ellas, el Conalep, que a esa hora estaba ocupada por el grueso del estudiantado.

Siguiendo el Plan de Contingencias, los guardias de seguridad –conocidos también como celadores- comunicaron el incidente a las oficinas centrales de Pemex Gas y Petroquímica Básica, quienes anunciaron el estado de emergencia al personal de Protección Civil. Ellos a su vez, movilizaron a los diferentes cuerpos de seguridad de San Pedro y Francisco I. Madero que deberían llegar cuanto antes para acordonar el lugar y atender cualquier contingencia.

Mientras tanto los celadores se retiraron del siniestro para salvaguardar su seguridad y la de algunos lugareños que curiosos se acercaron al escuchar el silbido. La labor consistió en desviar el poco, pero existente tráfico vehicular, “varios metros a la redonda deberían estar libres para la llegada de los cuerpos de contingencia”.

Jorge Vela Delgado, jefe de seguridad y protección ambiental de Pemex Petroquímica Básica, salió presuroso. Eran casi las 11 de la mañana cuando ya estaba en camino junto con todo su equipo. Mientras conducía, sus pensamientos se centraban en la operación que deberían efectuar al llegar.

El reporte había sido una fuga de gas, mas no una rotura en uno de los tubos de la válvula, lo cual significaba que no había necesidad de parar el flujo del combustible.

Luego de externar sus pensamientos a sus compañeros, uno de ellos le recordó que, “si éste hubiera sido el caso, el sistema computarizado SCADA en México, hubiera procedido a interrumpir el flujo de las secciones de Francisco I. Madero y La Laguna de Mayrán y así, solamente se escaparía el gas que ya va en camino”. Éste es un sistema que monitorea todos los ductos de Pemex Gas y al descubrir las bajas en la presión, cierra en automático.

Al llegar al lugar del siniestro, la idea era, -previa evaluación- proceder a apretar el anillo, para acabar con la fuga, les explicó Vela Delgado, “este caso no amerita interrumpir el fluido para accionar, lo que se tiene que hacer es que los bomberos formen una cortina de agua y mojen toda la tubería para evitar la asfixia y cualquier otra contingencia”.

Mientras tanto, al lugar llegó como por arte de magia, el Cuerpo de Bomberos de San Pedro, seguidos por los de Francisco I. Madero, les precedieron los de la Cruz Roja de los mismos municipios. Militares del Ejército Mexicano y agentes de la Federal de Caminos también hicieron su aparición.

Las sirenas se dejaron escuchar, curiosos al tiempo que llegaban al lugar eran invitados a retirarse, ¡su vida puede estar en peligro!, era la justificación.

Mientras esperaban el arribo del personal de seguridad y bomberos de Pemex, el cuerpo de contingentes se preparaba para brindar el apoyo. Los de la Cruz Roja sacaban el maletín de medicina, camillas... los bomberos hacían su parte.

Treinta y siete minutos después, el sonido de una sirena indicó su llegada: ¡era el momento de actuar! Solamente unos minutos bastaron para que todos debidamente protegidos, entraran al lugar. Previa indicación por parte de Vela Delgado, inició el trabajo: inmediatamente bomberos de la empresa petrolera, de San Pedro y Madero, formaron una cortina de agua y mojaron toda la tubería.

El torrente de agua se confundió con el gas, ¡aquella mezcla impedía la visibilidad! De pronto una persona de seguridad de Pemex cayó al suelo asfixiada. Socorristas de la Cruz Roja procedieron a auxiliarlo, tuvo que ser trasladado, ameritaba hospitalización. Todavía no había pasado ni un minuto, cuando uno de los bomberos de la corporación sampetrina también se derrumbó ante la presencia de todo el cuerpo de contingencia.

Las sirenas no dejaban de escucharse, la gente a los alrededores angustiada a lo lejos, permanecía expectante, algunos decidieron alejarse de los alrededores.

Poco después cuando los técnicos de seguridad lograron en base a un equipo especial, –que permite oprimir una fuerza de 2 mil 500 a 3 mil libras por pulgada cuadrada- apretar los tornillos, por fin la calma parecía llegar.

El inquietante zumbido que no calaba los oídos, empezaba a cesar. El gozo que la victoria deja después de un gran batalla, se empezó a reflejar en los rostros de todo el cuerpo de contingentes: todo ha acabado, no hay más fuga. Fue el anuncio.

Fue así que entre aplausos y felicitaciones por parte de todos los participantes, el equipo de seguridad de Pemex Gas y Petroquímica Básica concluyó su primer simulacro del año.

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