17 octubre 2003
Washington, (EFE).- La Cámara de Representantes de EU aprobó hoy por amplia mayoría la partida extraordinaria de 87.000 millones de dólares solicitada por el Gobierno para hacer frente a los gastos militares y de reconstrucción en Iraq y Afganistán.
De esta partida, según las previsiones del Gobierno, 67.000 millones de dólares se destinarán a los gastos militares, mientras que 20.000 millones se dedicarán a la reconstrucción de Iraq.
Los representantes votaron la iniciativa por una mayoría de 303 votos a favor frente a 125 en contra, en lo que representa un importante espaldarazo para la política del presidente George W. Bush en Iraw.
El Senado continúa su propio debate de la propuesta y se espera que se pronuncie en las próximas horas, después de que el jueves aprobara convertir la mitad de esos 20.000 millones en préstamos y no en ayudas a fondo perdido, como pedía el Gobierno.
La Cámara de Representantes había rechazado, también el jueves y por un estrecho margen, una iniciativa similar a la aprobada por el Senado.
Ambas cámaras del Congreso deberán ahora armonizar sus versiones de la propuesta antes de que pueda convertirse en ley, algo que Bush quiere que se haga efectivo antes del viernes próximo, cuando se inaugura en Madrid la Conferencia Internacional de Donantes para Irak.
En los últimos días, tanto Bush como el vicepresidente Dick Cheney habían presionado a los congresistas para que aprobaran lo antes posible la partida extraordinaria, con la idea de que sirviera de ejemplo para que otros países ofrecieran aportaciones generosas para la reconstrucción de Irak.
La iniciativa aprobada por el Senado el jueves puso, sin embargo, de manifiesto la resistencia no sólo entre los legisladores demócratas sino también entre algunos republicanos a aprobar una ayuda multimillonaria cuando el déficit presupuestario de EU ha batido todos los récord y supera los 400.000 millones de dólares.
La resolución del Senado prevé que los 10.000 millones de dólares que se concederían en forma de créditos se vuelvan a transformar en ayudas a fondo perdido si los países acreedores de Irak acceden a condonar el 90 por ciento de la deuda externa de ese país, que se calcula en torno a los 100.000 millones de dólares.
El Gobierno de EU se mostraba contrario a la idea de los préstamos, al considerar que tan sólo agravarían la carga de la deuda de un país en bancarrota y enviarían "el mensaje equivocado" a los potenciales donantes para la reconstrucción.
Según declaró hoy un portavoz del Departamento de Estado, "Irak ya está cargado de deudas antiguas. Ahora no es el momento de cargarlo con más deudas".
Pero los senadores que votaron a favor de la enmienda arguyeron, como el republicano Lindsey Graham, que "me es muy difícil irme a casa y explicar que le vamos a dar 20.000 millones de dólares a un país que tiene un billón de dólares en petróleo".
La propia Cámara de Representantes también ha puesto de manifiesto su preocupación ante la escalada de los costes de la reconstrucción de Iraq.
En su versión, prevé recortes en los apartados destinados a asuntos como la creación de un sistema de códigos postales o la adquisición de camiones de la basura.
El Banco Mundial ha calculado que serán necesarios 35.000 millones de dólares a lo largo de los próximos tres años para la reconstrucción de Irak, además de los 20.000 millones estadounidenses.
Hasta el momento, las aportaciones prometidas quedan bastante lejos de esa cantidad. La última proviene de España, que otorgará 300 millones de dólares.
Fuera de EU, el principal donante por el momento es Japón, que se ha comprometido a entregar 1.500 millones de dólares, mientras que el Reino Unido ha ofrecido 912 millones de dólares.
La Unión Europea concederá como bloque 235 millones de dólares, además de las cantidades que comprometan los países individuales.
Washington asegura su convencimiento de que la Conferencia de Madrid, los días 23 y 24, será un éxito y que el grueso de las donaciones de producirá durante la reunión, no necesariamente antes.