AP
NUEVA YORK, EU.- El Consejo de Seguridad aprobó unánimemente ayer una resolución para proteger al personal de la ONU y los trabajadores de misiones humanitarias.
La aprobación fue posible tras eliminar una alusión a la Corte Penal Internacional, organismo al cual Estados Unidos se opone enérgicamente.
La resolución estaba empantanada desde fines de abril debido a la oposición de Washington, pero cobró impulso la semana pasada tras el atentado a la sede de la ONU en Bagdad. La resolución reclama protección para personal de la ONU y misiones humanitarias, y persecución judicial para quienes los ataquen.
México y otros partidarios de la resolución llegaron a un acuerdo con Estados Unidos sobre el último obstáculo -la definición de un crimen de guerra contra el personal humanitario-, lo cual allanó el camino para la aprobación por 15 votos a favor y ninguno en contra.
Inmediatamente antes de la votación, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, convocó a una decisión unánime, ante la necesidad de proteger “la seguridad de esos hombres y mujeres valientes” que trabajan en zonas peligrosas.
Annan consideró inaceptable permitir que los trabajadores humanitarios internacionales siguieran siendo “blancos fáciles”. Advirtió que quienes siguieran postergando la resolución debían captar el mensaje de que “la impunidad para semejantes crímenes no podía seguir”.
Estados Unidos se opuso a una declaración del borrador original, la cual consideraba que los ataques contra el personal humanitario y los pacificadores representan un crimen de guerra ante la Corte Penal Internacional.
Washington había expresado su temor en que esa declaración abriera el camino para procesar a pacificadores y funcionarios estadounidenses ante el tribunal.
Durante las intensas negociaciones, la referencia al tribunal fue retirada y los delegados acordaron una redacción, la cual enfatiza: “Hay prohibiciones existentes bajo la ley internacional contra los ataques dirigidos en forma premeditada e intencional hacia el personal involucrado en una misión de ayuda humanitaria o pacificación, asumida de acuerdo con la Declaración de las Naciones Unidas, lo que en situaciones de conflictos armados, constituye un crimen de guerra”.
La resolución resalta también “la necesidad de que los estados pongan fin a la impunidad de esos actos criminales”.
“Es muy importante tener una resolución con apoyo unánime que diga lo que debe decir, y lo que debe decir es que este es un crimen de guerra”, enfatizó el embajador mexicano Adolfo Aguilar Zínser, quien calificó la resolución de “victoria para los trabajadores humanitarios”.