EL PAÍS
Nueva York, EU.- Estados Unidos consiguió ayer una aplastante victoria en la ONU al obtener el apoyo unánime del Consejo de Seguridad a su resolución sobre Iraq, un texto que legitima sus plenos poderes en la reconstrucción política y económica del país. Tras negociaciones de último minuto, Rusia, Alemania y Francia, decidieron votar a favor aunque aseguraron que no participarán en el esfuerzo de guerra. Washington ahora debe traducir su logro diplomático en contribuciones económicas y militares a una ocupación que ha sido reconocida internacionalmente.
La ONU tiene la rara habilidad de transformar en victoria diplomática los enfrentamientos más amargos y las rendiciones más obvias. Con la excusa de preservar la unidad del Consejo de Seguridad, los mismos países que a principios de este año se negaron a justificar la guerra entregaron ayer a EU el control de la paz. El voto unánime de los quince no dio sin embargo a Washington lo que más perseguía: tropas y dinero. La resolución, reconoció el secretario de Estado Colin Powell, “tendrá una repercusión favorable. (...) Pero nos queda por saber qué países” contribuirán a la ocupación. “No creo que esta votación abra la puerta a más soldados”. Ni tampoco a más contribuciones económicas. Rusia, Francia y Alemania, que tras un tira y afloja de último minuto, decidieron apoyar el texto a regañadientes, anunciaron que no aumentarían sus aportaciones financieras durante la conferencia de donantes que se celebrará en Madrid, la próxima semana, ni “considerarán ningún compromiso militar”.
Los tres países tuvieron que reconocer su fracaso diplomático. En las seis semanas de negociaciones no consiguieron arrancar a EU concesiones significativas. “Creemos que la resolución hubiera podido ir más lejos en dos aspectos importantes: en el papel de Naciones Unidas, sobre todo en el proceso político y en el ritmo de traspaso de las responsabilidades al pueblo iraquí”, dijeron en un comunicado conjunto. Pakistán también declaró que no mandaría soldados a Iraq. “Pedimos en su momento que el contingente multinacional se diferenciara claramente de las fuerzas de ocupación pero estas consideraciones no se tomaron en cuenta”, declaró el embajador pakistaní, Munir Akram. EU, Reino Unido y España, con Camerún, los copatrocinadores de la resolución, calificaron la votación de “victoria para el pueblo iraquí, el Consejo de Seguridad y la ONU”. “España está convencida de que este es un paso en la buena dirección”, dijo el embajador Chencho Arias. “Esto confirma nuestra voluntad de abordar el tema iraquí desde el multilateralismo”, indicó su homólogo estadounidense, John Negroponte.
Ayer Annan reconoció los límites de su papel. “Pese a tener muy poca infraestructura sobre el terreno continuaremos ayudando al pueblo iraquí (....) esencialmente en todo lo humanitario”. Las negociaciones duraron hasta el último minuto. “El martes redactamos dos borradores. Los primeros en respaldarnos fueron los chinos, luego los rusos”, explicó un diplomático estadounidense, “debemos dar gracias a los rusos, ellos se encargaron de trabajarse a los alemanes y a los franceses”. EE UU consiguió crear un efecto dominó. Rompió la unidad tripartita al obtener el voto de Rusia, esperando que Francia y Alemania no quisieran quedarse al margen de la mayoría. Incluso Siria, que en el último mes ha visto cómo Washington ha vetado sus resoluciones de condena a Israel, eligió el consenso. En los pasillos de la sede neoyorquina, algunos embajadores, al margen de las consignas de voto de sus capitales, no podían ocultar su asombro. “Esta resolución crea un precedente legal muy peligroso”, aseguró un representante que prefirió conservar el anonimato, “transforma una potencia ocupante en un contingente internacional reconocido por la ONU”. “Este es el suicidio del Consejo de Seguridad. Al reconocer que EU puede ocupar un país y además conseguir el respaldo de la comunidad internacional, la ONU se declara a sí misma irrelevante”, comentó igualmente indignado uno de sus colegas, “Cuando los estadounidenses atacaron Vietnam violaron la legalidad internacional pero por lo menos no pidieron al Consejo que lo avalara”.