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BRASILIA, BRASIL.- La aprobación en el Congreso de reformas a la seguridad social causó ayer violentos incidentes en el recinto legislativo por parte de funcionarios que se oponen a los cambios que impulsa el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Grupos de manifestantes armados con palos y piedras tomaron áreas del edificio del Congreso y rompieron los vitrales y las puertas, enfrentándose con los agentes del seguridad de la legislatura.
Las fuerzas de la policía, que movilizó 5,000 efectivos, se mantuvieron en el interior del edificio.
El comandante de la unidad policial, coronel Jorge Eileen, emplazó a los manifestantes a desalojar el lugar.
Cuatro funcionarios y dos agentes de seguridad del Congreso resultaron heridos con la caída de los vitrales.
Una vez restablecida la normalidad, el presidente de la Cámara de Diputados, Joao Paulo Cunha, reanudó las sesiones para debatir detalladamente algunas medidas de la reforma antes de enviarla al Senado. La determinación del gobierno es concluir el debate con rapidez.
Cunha, otro ex líder sindical de los sindicatos metalúrgicos, al igual que Lula, subrayó que la violencia desatada en contra del Congreso "no nos amedrentará como tampoco lo hicieron las dictaduras que gobernaron el país en el pasado".
Por primera vez en poco más de siete meses en el poder, Lula, ex líder sindical, fue blanco de las críticas de trabajadores, que se trasladaron a la capital desde Sao Paulo, Río de Janeiro, Fortaleza, Bahía y otros estados.
En una marcha por la explanada de los Ministerios, Congreso y el palacio de Planalto, los manifestantes portaban gigantescos carteles con leyendas como "Traidor, fuera Mister Lula", "Gobierno de rodillas ante el capitalismo" y "Ahora es Lucha" , en alusión a uno de los lemas de la campaña presidencial que señalaba "Ahora es Lula". Los manifestantes portaban un ataúd escrito con el nombre del presidente.
Alejandra María Rossi, secretaria de una institución gubernamental, dijo que votó por Lula "con la ilusión de que cambiaría el país y respetaría a los trabajadores, pero estoy decepcionada".
Rodrigo dos Santos, un funcionario que vino desde Río de Janeiro, manifestó que Lula prometió que iba a luchar para derrotar al hambre del pueblo "pero lo que hace es combatir las ilusiones del pueblo".
"Me faltan apenas dos años para jubilarme, pero ahora decidieron ampliar los años de servicio y encima debo pagar un impuesto al estado por la pensión que recibiré. Es un asalto", señaló el conductor de vehículos Roger Soares, de 51 años.
El presidente de la Asociación de Empleados Públicos Federales (AEPF), Gilberto Jorge Gomes, subrayó que las reformas "derrumban los derechos de los trabajadores al imponer obligaciones responsabilizándoles por el déficit en el sistema de seguro social y pensiones".