El País
JERUSALÉN.- El presidente Yasser Arafat acogió ayer con aparente menosprecio el veto de Estados Unidos con el que quedó bloqueada una resolución de la ONU que pretendía de protegerlo e impedir su eliminación o expulsión de los territorios palestinos por los israelíes. El veto de los EU fue acogido sin embargo con aplausos por el ejecutivo israelí, que lo interpretan como un respaldo a su política de dureza hacia el presidente palestino, al que acusan de haber organizado y coordinado los últimos atentados suicidas.
“Ninguna decisión nos hará tambalear. Poco importa tal o cual resolución, por que nosotros somos más fuertes que todas las resoluciones” comentó ayer el presidente palestino Yasser Arafat a un grupo de artistas e intelectuales que habían acudido a su cuartel general de la Muqta, en Ramala, para rendirle pleitesía y solidarizarse ante las amenazas del gobierno israelí.
El tono despreciativo del comentario de Arafat dejaba entrever no obstante el sabor amargo de una nueva derrota en las Naciones Unidas, donde sistemáticamente las resoluciones contra Israel son torpedeadas por Estados Unidos; la última el 20 de diciembre pasado. La derrota en el Consejo de Seguridad había sido especialmente dolorosa, por cuanto los palestinos creían que supondría la culminación de una oleada de protestas internacionales contra la decisión de Israel de deshacerse del presidente Arafat.
Los colaboradores del presidente Yasser Arafat se mostraron sin embargo mucho más explícitos con respecto a lo sucedido en la ONU. El ministro y negociador de paz Saeb Erekat habló de “un día negro en la historia de las Naciones Unidas y los árabes” y añadió atemorizado: “espero que Israel no interpretará esta decisión de vetar la resolución como un permiso para matar al presidente Arafat”. El consejero Nabil Abu Roudeina, habló sin ambigüedades de que se trataba de un “espaldarazo a la escalada militar israelí, que dispone de la luz verde americana para efectuar nuevas agresiones contra los palestinos”.
Numerosos portavoces de la comunidad árabe, entre ellos el ministro de Exteriores egipcio, y responsables de la diplomacia europea, manifestaron también su pesar por el veto de Estados Unidos a esta resolución, que había sido presentada por Siria y Sudán. La resolución contó con el apoyó de 11 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, con la abstención de Gran Bretaña y Bulgaria y con la oposición de Washington, que alegó que el texto era “desequilibrado” ya que en el no se condenaba los movimientos terroristas palestinos como Hamas.
“Si Arafat le sucede cualquier cosa los responsables serán Israel y Estados Unidos”, sentenció finalmente de manera categórica el ministro de Asuntos Gubernamentales palestino Yasser Abed Rabo, recordando a la opinión publica, que el presidente se había quedado sin protección internacional y que en cualquier momento podría ser el blanco de las arbitrariedades israelíes.
El gobierno de Israel por su parte acogió el veto norteamericano, y el bloqueo de la resolución, con alegría. La prensa israelí había vaticinado el día anterior su victoria, contando par ello con el tradicional apoyo de Estados Unidos que en los últimos años ha obstruido 77 condenas similares. El ministro de Exteriores israelí Silvan Shalom calificó el veto como “positivo, que va a animar a los moderados de ambos lados”.