PATLACO, Mor.- Experto en generar polémica, Alfonso Arau vuelve a estar en el torbellino del escándalo debido a que su versión fílmica sobre la vida de Emiliano Zapata carece de fidelidad histórica, de acuerdo con parte del guión que el periódico El Universal tiene en su poder.
Y es que el cineasta mexicano ha optado por rodar al estilo hollywoodense que pondera el romance, la acción y la aventura en torno a un Zapata mágico, místico.
Entre las escenas que ya se filmaron y que tienen ciertas deudas con la verdad, están las referentes al paso de Emiliano Zapata y Francisco Villa por el Sanborns de Los Azulejos, así como la llegada de ambos a Palacio Nacional.
Precisamente en días pasados se filmó la secuencia correspondiente al arribo de villistas y zapatistas a Palacio Nacional, por lo que Alfonso Arau encargó a Eugenio Zanetti, diseñador de producción, que se ambientara el set lo más parecido posible a lo que se percibe en la legendaria foto que capturó ese momento.
Para ello, el equipo de ambientación y escenografía decoró un salón de la ex Hacienda de Coahuixtla con cuadros, candelabros, escritorios y cortinas que imitan la decoración de la época.
Desde luego, a decir de Zanetti, la silla presidencial es una réplica casi fiel de la que durante muchos años uso Porfirio Díaz en Palacio Nacional.
Conviene citar que en estas secuencias participaron alrededor de 50 actores, entre personajes principales y extras, que iban desde simpatizantes villistas a zapatistas y un par de fotógrafos con cámaras de antaño.
Los actores que tomaron parte fueron Alejandro Fernández (Zapata), Luis Enrique Parra (Villa), Jaime Camil (Eufemio), Alberto Estrella (Martínez), José Luis Cruz (Soto y Gama) y Alejandro Calva (Magaña), entre otros.
En la escena central Zapata (Alejandro Fernández) y Pancho Villa (Luis Enrique Parra) se acercan a la silla presidencial y hablan sobre la forma en que una simple silla puede cambiar el destino de un país y las ambiciones de un hombre. La conclusión a la que llegan es que el poder opaca las bondades de cualquier hombre.
Aquí es conveniente precisar que los diálogos se modificaron un poco con respecto a lo que está escrito en el guión, ya que en este último hay escenas que se plasman de manera escueta y a la hora de filmar hay que agregar muchos detalles.
Asimismo, propone hechos que en la realidad nunca sucedieron, como el triángulo amoroso entre Zapata (Alejandro Fernández), Esperanza (Lucero) y Victoriano Huerta (Jesús Ochoa), la película tiene algunas referencias que tratan de aproximarse a los sucesos históricos.