MÉXICO, D.F.- El árbitro Marco Antonio Rodríguez afirmó ayer que no hay nada ganado con la designación de dirigir el partido Morelia-Monterrey, por el título del Campeonato Clausura 2003 del futbol mexicano.
El nazareno, quien nació el diez de noviembre de 1973 en la Ciudad de México, dirigió el encuentro de ida de la final que protagonizaron Necaxa y América en el Torneo de Verano 2002.
"Esta es mi primera finalísima y estoy tranquilo, emocionado y consciente de la responsabilidad que lleva dirigir un partido de esta magnitud, pero estoy convencido de hacer un buen trabajo", expresó.
Rodríguez espera un partido de alto nivel futbolístico, ya que ambos equipos tienen jugadores con gran talento individual, colectivo y táctico.
"Va a ser un partido emocionante, digno de una finalísima, en el cual ambos conjuntos van a desarrollar un encuentro sin concesiones, por eso debo ser un árbitro concentrado", agregó.
Respecto a su preparación para dirigir cada encuentro, apuntó que "la clave es salir a entregar todo, no confiarte y convencido en que en el partido que te toca dirigir no hay nada ganado".
En cuanto al hecho de estar este momento por encima de silbantes de gran trayectoria, declaró que "el árbitro mexicano es muy bueno y no puedo dejar de reconocer a Felipe Ramos Rizo, quien es el mejor de México por su trayectoria mundialista".
Agregó que Armando Archundia y Gilberto Alcalá, con quienes disputó la designación, "merecen mis respetos, pues Alcalá es un caballero y Archundia posee una gran experiencia internacional".
Aceptó que en su vida profesional con el silbato hay un antes y un después, luego de aquel partido Colibríes-Guadalajara en la fecha ocho de la campaña regular.
El uno de marzo pasado, Rodríguez se paró en el centro de la cancha del Estadio Mariano Matamoros de Xochitepec, Morelos, luego de una manifestación de los silbantes de parar si la directiva de Colibríes no daba una disculpa pública a los nazarenos por los insultos que profirieron contra el gremio.
Después de los 90 minutos de juego, el trabajo del árbitro fue calificado por los analistas de impecable y más cuando rectificó un penal que marcó en contra del conjunto de casa.
Rodríguez marcó el penal por mano cometida por un defensa de Colibríes, pero recurrió a su abanderado, Felipe González Grimaldo, quien le dijo que no fue intencional y entonces rectificó.
"Debo admitir que hay un antes y un después con ese partido, porque después de esa experiencia se empiezan a valorar muchos aspectos, a ser mejor y a crecer", afirmó.
Para ese partido aseguró que "no tengo miedo de dirigirlo" y hoy externó que "nunca he sentido miedo, no me tiemblan las piernas ni la mano del silbato, me gusta dirigir partidos de niños y de profesionales".
Marco Antonio Rodríguez y los auxiliares Alejandro Cruz Ríos y Héctor Manuel Delgadillo viajarán hoy a la ciudad de Morelia, para dirigir el sábado el encuentro que va definir al campeón del futbol mexicano.
Juventud en la final
Marco Antonio Rodríguez se convertirá este sábado en el silbante más joven que dirija una final del futbol mexicano, pues fue elegido por la Comisión de Arbitraje de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) para pitar en el juego de vuelta entre Morelia y Monterrey.
Rodríguez, de 29 años y con gafete de FIFA desde 1999, tendrá por primera vez en su historia como árbitro la oportunidad de dirigir el encuentro de vuelta, ya que siempre había sido seleccionado en los de ida durante las liguillas.
En otro orden de ideas, el árbitro mundialista Felipe Ramos Rizo defendió su labor en el juego de ida de la final, y aclaró la cuestión del penal: "En la cena tuve la oportunidad de verlo con los muchachos y creo que mi decisión es acertada; no hay duda de que fue un penal claro".
Respecto a la segunda anotación, donde se dice que un regio encimó a Darío Franco, señaló: "Algunos jugadores del Morelia, incluso el señor Romano, me dijeron que el segundo gol había sido un recargón por parte del jugador del Monterrey, pero en ese momento yo estaba seguro de que el balón había techado al defensa visitante y que el otro jugador estaba bien, sin tocarlo. Viendo la repetición, uno se da cuenta que nunca hubo un recargón. No me queda ninguna duda de que se marcó lo correcto", concluyó.