TORREÓN, COAH.- Tres explosiones en tanques que almacenaban combustible de alto riesgo para la empresa “Fábrica de Asfalto Emulsionado TFL Del Río Grande”, en la zona industrial, sembraron el pánico entre trabajadores del sector, muchos de los cuales fueron evacuados ante los riesgos del incendio, el cual provocó la movilización de entre 150 y 200 personas de los cuerpos de seguridad de esta ciudad, Gómez Palacio y Francisco I. Madero. Tres lesionados y elevadas pérdidas materiales no cuantificadas hasta ayer, fue el resultado del siniestro.
Lo que parecía el fin de una jornada normal de trabajo, fue interrumpida por el primer estallido ocurrido al filo de las 16:00 horas, surgido de la citada empresa ubicada en la calle Brittingham 175 entre las avenidas Manuel San Feliz y Luis F. García; una gigantesca columna de humo acompañada de llamaradas que brotaban del primer tanque de almacenamiento anunciaron el infierno y los momentos de terror que se vivieron por más de dos horas en este parque industrial, tiempo durante el cual bomberos de las tres ciudades arriesgaron sus vidas tratando de sofocar el fuego.
Aunque se desconocían con precisión las causas del incendio, trabajadores de la empresa informaron que fue provocado por la chispa del motor de un vehículo con el cual se sacaba el asfalto de uno de los tanques cuya capacidad era de 50 mil litros, registrándose de inmediato dos explosiones que provocaron la inmediata concentración de elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), bomberos de las dos estaciones locales y la vecina ciudad a cuya labor se unieron posteriormente los de Madero, así como el personal de los cuerpos de seguridad de empresas privadas que enviaron pipas para abastecer a los tragahumo en su peligrosa tarea de sofocar el ígneo elemento.
En las puertas de acceso a la empresa se colocaron de inmediato varios trabajadores de la compañía quienes impidieron el paso de curiosos, pero también de elementos de seguridad que tenían que participar en las acciones encaminadas a terminar con el fuego, incluso al llegar el titular del Departamento de Protección Civil, Roberto Moreno Roldán –17:00 horas—, tuvo que identificarse, pues no lo dejaban pasar.
Mientras en el interior de la compañía, los bomberos trataban de controlar el siniestro, en las afueras había confusión y órdenes de desalojo del personal en las empresas más cercanas al lugar del incendio, tomando en cuenta que esta compañía, propiedad de Roberto Nahle, según se informó, abastece de asfalto a distintas empresas constructoras, de ahí la importancia de extremar las medidas de seguridad.
17:15 vuela estructura metálica
Poco después de las cinco de la tarde, muchos curiosos ya se habían retirado del lugar, incluso algunos elementos de seguridad y grupos de obreros regresaban a sus fuentes de trabajo, pues parecía que el fuego estaba controlado; el denso humo negro se transformó en blanco y las llamas apenas se apreciaban, aunque la lucha por conseguir agua para combatir el incendio era constante.
A las 17:15 horas se escuchó de manera sorpresiva una fuga de combustible, acompañada de un sonido estrepitoso, volando por los aires una enorme estructura metálica que después se supo, era la tapa de uno de los tanques de almacenamiento, reviviendo el fuego en los patios de la empresa abastecedora de asfalto.
De la empresa vecina “Faelsa”, creadora de bombas para pozos profundos salieron corriendo unos 20 trabajadores y en el lugar se concentraron nuevamente elementos de seguridad, haciendo funcionar sus equipos de comunicación solicitando apoyo urgente, pues la situación se tornaba más peligrosa.
Dos ambulancias de la Cruz Roja se internaron en el patio de la compañía y ante la desesperación ocasionada por los trabajadores de la empresa que abrían y cerraban las puertas de acceso, uno de los jefes policíacos les gritó: “ya déjenle abierto, ¿para qué le tapan el ojo al macho?
Minutos después de la tercera explosión, se presentaron en el lugar unos 30 elementos del Ejército Mexicano, así como agentes de la Policía Estatal, quienes sólo se convirtieron en espectadores, pues permanecían en las afueras por si se les requería en caso de mayor auxilio.
Por los patios de la empresa adyacente se pudo apreciar de cerca la peligrosa labor de los bomberos quienes se enfrentaban al gigantesco fuego, incluso uno de los tragahumo perdió el equilibrio y cayó al suelo, pero en ningún momento dejó de lanzar la línea de agua hacia el siniestro.
Fue poco después de las 18:00 horas cuando finalmente lograron controlar el incendio, aunque las tapas de los enormes tanques de almacenamiento mantenían latente el riesgo de una cuarta explosión, sin embargo finalmente se dio por concluido el trabajo más difícil, aunque personal de bomberos continuaba asegurando la zona y enfriando los tanques.
Salen tres de los héroes
Sin tomar en cuenta las lesiones sufridas durante las maniobras para sofocar el fuego, tres bomberos continuaban con su labor, hasta que finalmente recibieron la orden de abandonar el lugar y permitir que los socorristas de la benemérita institución hicieran su trabajo de prestarles los primeros auxilios.
Guillermo de la Rosa, Juan Ramón Ibarra Ontiveros y Benjamín Luna, del cuerpo de bomberos, salieron a bordo de una ambulancia de la Cruz Roja, con heridas en piernas, rostro y otras partes del cuerpo, luego de concluir su peligrosa intervención en los hechos.
Los tres, fueron llevados a la clínica del ISSSTE donde continuaría su atención médica.
Condiciones de inseguridad
Roberto Moreno Roldán, jefe del Departamento de Protección Civil, salió por unos momentos de la empresa para informar parte de lo que ocurría, reconociendo de inmediato que la empresa “Fábrica de Asfalto Emulsionado TFL Del Río Grande”, no reunía las condiciones mínimas de seguridad.
“Esta empresa maneja líquido inflamable de alto riesgo del número tres conocido como 19.99 y en realidad ni siquiera el dique de contención de seguridad para este tipo de situaciones estaba terminado”, reconoció el funcionario.
“Son siete tanques con capacidad de almacenamiento de entre 40 y 50 mil litros de combustible, se espera una cuarta explosión y se tiene que esperar a que se agote el contenido de cada tanque, la labor será tardada y más que las pérdidas materiales, lo que me preocupa es el impacto ambiental, pues el daño a la ecología será severo”, señaló Moreno Roldán.
"El temor no me permitió reaccionar"
Javier elevó su mirada al cielo para dar gracias a Dios, pues a cinco metros de donde se encontraba cayó la enorme estructura metálica que cubría uno de los tanques de almacenamiento de combustible, en la tercera explosión del incendio registrado ayer en la zona industrial.
“Escuché un ruido ensordecedor y sólo vi un pedazo de fierro que voló por los aires por más de 70 metros a una altura, fácil, de 30 metros y finalmente cayó a escasa distancia de donde me encontraba. Quedé paralizado pues la rápida acción y el temor que me invadió no me permitió reaccionar de inmediato”, dijo Javier Huerta trabajador en la empresa “Faelsa”, elaboradora de bombas para pozos profundos.
Así narró su breve pero peligrosa historia que pudo haber sido la última de su vida, tomando en cuenta la dimensión de la tapa de más de seis metros de diámetro, la cual quedó doblada recargada en uno de los postes que sostiene la estructura metálica bajo la cual trabajaba Javier.
A diferencia del resto de sus compañeros que habían desalojado de la empresa, Javier decidió mantenerse en el interior; sin embargo, luego de la tercera explosión se le vio acercarse a los cuerpos de seguridad que intervenían en las acciones de auxilio.
Fijó su mirada y nos pidió que lo acompañáramos al interior de la empresa donde labora para que observáramos lo cerca que estuvo de la muerte, pues “a cinco metros de donde me encontraba cayó el enorme pedazo de metal que fácilmente me hubiera matado”, expresó.
Serio, invadido por el temor y la reflexión luego del riesgo vivido, Javier nos llevó al espacio que ocupó y efectivamente la tapa caliente permanecía en el lugar, a unos cincuenta metros de donde los bomberos seguían con su peligroso trabajo, arriesgando la vida para la sobrevivencia y seguridad de sus semejantes.
“Sólo quería que la vieran”, aclaró, para inmediatamente después pedir que saliéramos del lugar pues en cualquier momento podría ocurrir la cuarta explosión y causar una desgracia.
Javier ya no habló más, contestaba de manera breve las preguntas que le hacían sus compañeros, pero sin abundar, entre el grupo de trabajadores que fueron desalojados, recargado en un muro, pero ya en las afueras de la empresa para la cual presta sus servicios, esta persona que volvió a vivir, permanecía pensativo, sólo él daba en ese instante el valor real a la vida, la vida que en cualquier momento se puede perder.
Vecinos exigen seguridad
Durante el siniestro, los empresarios vecinos de la compañía “Fábrica de Asfalto Emulsionado TFL Del Río Grande”, apoyaron lo declarado por el jefe del Departamento de Protección Civil, Roberto Moreno Roldán, a quien le informaron que era el tercer incendio registrado en dicha empresa, la cual opera sin cumplir con los requisitos mínimos de seguridad.
Incluso, aseguraron que adquiere equipo de medio uso para sus peligrosas operaciones y una barda recién construida, más que de seguridad, la hicieron para ocultar las riesgosas maniobras y las condiciones de inseguridad bajo las cuales labora su personal.
Esta empresa tiene tres o cuatro años funcionando y el primer incendio, recordaron, ocurrió un sábado por la noche y poco tiempo después, la tarde de un día entre semana, sin embargo lo de ayer fue el siniestro más peligroso, pues puso en riesgo la vida de los trabajadores de compañías cercanas.
Advirtieron que exigirán a los integrantes del llamado Grupo de Empresarios de la Ciudad Industrial, a que obliguen a esta empresa atender las exigencias de seguridad que ordena la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) y el mismo grupo al que pertenecen.