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Buenos Aires, Argentina.- Los argentinos enfrentan con preocupación el proceso electoral que vive el país, luego de la indiferencia que mantuvieron durante el desarrollo de las campañas proselitistas, a un día de los comicios presidenciales.
Debido al disgreado escenario electoral, donde ninguno de los 19 candidatos tiene mayoría de apoyo en las encuestas sobre intención de voto, los comicios se convirtieron en tema obligatorio de reuniones familiares, debates televisivos y tertulias.
Pese a ello, hasta ahora las encuestas electorales han revelado que hay un escaso margen de indecisos, que llega apenas al diez por ciento, pero que podría ser definitivo para elegir al ganador de la primera vuelta.
En Argentina el voto es obligatorio, pero más allá de las sanciones mínimas a las que se hace acreedor quien no sufraga, hay una “cultura del voto”, pues la gente acude a las urnas convencida de que con ello cumple un deber ciudadano.
La desilusión y la desconfianza de los argentinos frente a los políticos se mantiene, sobre todo luego de la crisis que enfrentaron a finales del año 2001, cuando llegaron a tener cinco presidentes en dos semanas.
Pero pese a este descontento, en los sondeos electorales se posicionaron como favoritos sólo los candidatos representantes de las tradicionales fuerzas políticas argentinas: el gobernante Partido Justicialista (PJ) y la opositora Unión Cívica Radical (UCR).
Ese fue el caso de los ex presidentes Carlos Menem (1989-1999) y Adolfo Rodríguez Saá (interino en diciembre de 2001) y Néstor Kirchner, los tres líderes justicialistas que fueron habilitados por la justicia electoral para participar en los comicios.
Por parte la UCR, la tradicional organización política opositora al PJ, subieron a los principales lugares de la contienda dos de sus principales ex representantes, Elisa Carrió y Ricardo López Murphy.
Sin ser contundente y con un gesto más de preocupación que de convencimiento, Matías Greco, trabajador del catastro municipal, también reconoció que votará a Kirchner en primera vuelta “y a quien sea que se le oponga a Menem en la segunda”.
La preocupación se reflejó también en los programas de análisis político, que abundan en Argentina, en los cuales los conductores solicitaron esta semana a los ciudadanos que no dejen de acudir a las urnas en la próxima jornada electoral.
El “voto anti Menem” se anticipa en las encuestas y se dibuja en el rostro de Patricia Duarte, productora de radio que advierte que votará a cualquiera que no sea el ex presidente, “porque me deprimo de pensar que hay quien todavía lo puede elegir”.
Pero como dicen las empresas encuestadoras, el ex mandatario tiene su “nicho de votantes” en los sectores más pobres del país, que lo ven como al “salvador de la patria”.
A pesar del desencanto que provocan estas elecciones, con un 70 por ciento de ciudadanos que creen que los comicios no van a cambiar nada, las encuestadoras anticiparon que no habrá voto “bronca”, es decir, en blanco.
Al anular su boleta, los electores favorecerían de manera automática al candidato que quede en primer lugar este domingo, y que de acuerdo a los últimos sondeos podría ser Menem.