Reuters
PANMUNJOM, COREA DEL SUR.- El ex presidente estadounidense Bill Clinton la llamó “el lugar más aterrador del planeta”. Se trata del límite entre Corea del Norte y Corea del Sur, la frontera más militarizada del mundo.
Mañana, esta pequeña tierra de superlativos acogerá a más de 200 dignatarios internacionales y 1,500 veteranos de la Guerra de Corea de 1950-53 para conmemorar el 50 aniversario de la firma del Armisticio el 27 de julio de 1953. El armisticio firmado en 1953 puso fin a los combates entre las fuerzas de las Naciones Unidas encabezadas por Estados Unidos que daban apoyo a Corea del Sur y las tropas comunistas chinas y norcoreanas. Sin embargo, esta tregua nunca se convirtió en un tratado de paz, lo que dejó a ambas Coreas técnicamente en un estado de guerra.
La ceremonia del domingo en Panmunjom, donde la primera ministra de Nueva Zelanda Helen Clark será la oradora principal, será una “conmemoración”, no una “celebración”, dijo un oficial del ejército estadounidense.
“El evento es sobre la solemnidad de la firma del armisticio y la paz y la relativa estabilidad y seguridad que le ha dado a esta parte del mundo por casi 50 años”, dijo el brigadier general Tom Kane.
La solemnidad es algo que ajusta bien a Panmunjom, unos 55 kilómetros al norte de Seúl. Es un poblado situado en medio de la Zona Desmilitarizada, a ambos lados de la cual casi dos millones de soldados de Corea del Norte y Corea del Sur están destacados frente a frente desde hace décadas.
El Área de Seguridad Conjunta es el único lugar de la zona, de 240 kilómetros de largo por cuatro de ancho, donde algunos soldados de cada parte entran en un contacto más estrecho entre sí: en patrullas y reuniones periódicas.
Las autoridades estadounidenses calculan que el 70 por ciento del ejército norcoreano de 1.1 millones de soldados y 4,000 de sus 13,000 sitios de artillería están emplazados en posiciones ofensivas cerca de la zona desmilitarizada.
La conmemoración del domingo tendrá lugar a muy poca distancia de los guardias norcoreanos, que a veces no se ven, pero otras observan directamente a los periodistas o fotógrafos de delegaciones extranjeras visitantes.