POR LUIS ALBERTO MORALES
EL SIGLO DE TORREÓN
Gómez Palacio, Dgo.- Las autoridades de la Subprocuraduría de Justicia movieron su pieza. Ya capturaron dos ?alfiles? en torno al asesinato de la oftalmóloga degollada; solicitaron su arraigo por 30 días. También está por comprobarse la participación de un autor intelectual: El crimen quedó en familia.
Artemio Nájera Gandarilla de 37 años, -cuñado de la extinta Adriana Ruelas de Nájera- y su compadre, Jacinto García Cháirez de la misma edad, son señalados como presuntos responsables del homicidio de la profesionista y cantante ultimada el pasado 26 de septiembre en su óptica.
El agente del Ministerio Público, Óscar Menchaca Lara, informó también que fue mediante la valiente declaración de algunos testigos, como se reforzó la hipótesis que señalaba a un familiar como el autor material de la muerte.
Como parte de las pruebas, se logró confirmar con los detenidos los retratos hablados realizados casi al inicio de las investigaciones, pero que no podían ser utilizados ante el temor a represalias fundado por los testigos.
El trabajo de los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Ministerial, a cargo del comandante Gilberto Estrada Quiñones, permitió la ubicación exacta de los inculpados, que después de ser presentados ante el Ministerio Público, quedaron a disposición del titular del Juzgado Primero del Ramo Penal.
La versión del cuñado y su compadre es de negar los hechos, argumentando que a la hora del homicidio se encontraban en sus respectivos trabajos. El Ministerio Público tiene indicios sobre la falsedad de la versión y está por comprobarlo.
Oficialmente no se cuenta con el móvil del crimen, pero la versión extraoficial indica que el verdugo fue guiado por las diferencias entre Adriana Ruelas y su esposo Ubaldo Nájera, hermano del implicado.
Día del crimen
La escena fue terrible. A las 12:05 horas, Yolanda Cossío fue a la óptica Adriana, abrió la puerta como cualquier cliente, al fondo y en un pequeño cuarto vio en el suelo a su comadre mal herida; la visitante salió corriendo y llamó a la Cruz Roja. Fue inútil: Adriana Ruelas de 42 años, murió degollada.
El asesinato ocurrido el 26 de septiembre de 2003, fue reportado de inmediato a la policía. Los agentes acudieron al local ubicado en la calzada J. Agustín Castro 1100 norte. También arribaron el padre, esposo y demás familiares de la infortunada profesionista.
La pregunta más recurrente era ¿Quién?, Las respuestas señalaban a un personaje: el ?lavacoches?, Martín Reyes Luna de 35 años. Horas después fue localizado, pero no hubo pruebas de su culpabilidad y fue liberado.
Surgen líneas
de investigación
Después de la liberación del ?lavacoches?, surgieron tres candidatos: dos proveedores ?uno local y otro foráneo- y un personaje misterioso que después resultó ser Artemio Nájera Gandarilla.
Los avances de la investigación señalaban grandes probabilidades que establecían la relación de familiaridad del homicida con la occisa: Primero fue golpeada en la boca, después se pegó en la cabeza y luego fue degollada. Además no tuvo oportunidad de defenderse.
Dentro de los nuevos datos recabados en las diligencias, se estableció que Adriana Ruelas era cantante profesional y laboró hace tiempo como vocalista en grupos como La Muela del Juicio y Los Pandavas; además de amenizar con su voz las veladas en el bar Gussi de Torreón y en el restaurante Mazacuata de Gómez Palacio.
En una reconstrucción de las lesiones que con un arma blanca recibió la profesionista de 42 años, se determinó cómo el asesino tomó por la espalda a su víctima sujetándola con el brazo izquierdo por el pecho y con la mano derecha clavó el arma haciendo un corte de ida y vuelta, para luego rematar con otro piquete. La acción confirma que el homicida tenía toda la confianza de su víctima.
Cambio de agente
Un mes después del homicidio y aparentemente sin pistas, la familia Ruelas Salcedo solicitó directamente al subprocurador de Justicia, Joaquín Saucedo Flores, un cambio de agente investigador del Ministerio Público. La razón: la experiencia.
El cambio fue aceptado ?sin fundamento en la Ley- y Julio Alejandro Silva Jiménez hizo entrega del expediente a su colega Óscar Menchaca Lara. La tarea no era sencilla, el investigador tenía otros asuntos pendientes por resolver.
La labor de convencimiento y otras tácticas no reveladas, fueron fundamentales para que Menchaca Lara lograra la participación plena de los testigos con el fin de esclarecer el crimen y contar con los elementos suficientes para arraigar a los sospechosos.
Aun cuando el arraigo es por 30 días, el trabajo del representante social no ocupa tanto tiempo y su labor estará encaminada a reforzar las testimoniales, pruebas y demás indicios, que puedan determinar la presunta culpabilidad de los familiares políticos de la occisa.