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NAPLUSA, CISJORDANIA.- En la mayor demolición realizada en Cisjordania en muchos años, tropas israelíes arrasaron 62 tiendas y puestos de mercado en una aldea palestina ayer, mientras las tropas enfrentaban a las manifestaciones de protesta, dijeron vecinos del lugar.
En otros sucesos, la policía israelí descubrió un auto cargado con explosivos en la ciudad árabe israelí de Um-el-Fahm, cerca de la frontera con Cisjordania. Los tres ocupantes del auto escaparon, dijo la policía.
En Gaza, palestinos dispararon varios cohetes al asentamiento judío de Kfar Darom, que provocaron daños en los edificios pero no víctimas, dijeron los colonos.
Siete topadoras acompañadas por 300 soldados demolieron las estructuras en la aldea de Nazlat Issat. Decenas de manifestantes arrojaron piedras a los soldados, que respondieron con gases lacrimógenos y perdigones de acero recubiertos de caucho. Otros manifestantes coreaban, “abajo la ocupación”.
Israel dice que las tiendas fueron construidas ilegalmente. El alcalde de la aldea acusó al estado judío de hacer la guerra a la economía palestina.
La aldea se encuentra en el borde de Cisjordania, cerca de Israel. El mercado atraía a una gran clientela israelí antes que comenzaran los enfrentamientos en septiembre del 2000. El mercado es una de las principales fuentes de ingresos de los 2.500 habitantes de la aldea, dijo el alcalde Ziad Salem, y agregó que funcionarios israelíes informaron a los tenderos que todo el mercado sería demolido.
Por otra parte, la Corte Suprema israelí revirtió un fallo que prohibía el empleo de palestinos como ayuda a las operaciones israelíes. El fallo vedaba la práctica de ordenar a palestinos que golpearan a las puertas de presuntos milicianos, lo cual ponía en peligro sus vidas. La decisión de ayer dice que no se puede obligar a los palestinos a colaborar, pero que se puede emplear sus servicios si los ofrecen voluntariamente.
Marwan Dalal, abogado del grupo de derechos humanos Adalah, dijo que el fallo de ayer es contrario al derecho internacional, que “prohíbe el empleo de civiles por una potencia de ocupación. Ningún palestino querría ayudar a la potencia ocupante”. Añadió que el discernimiento de los comandantes israelíes no era digno de confianza.
El primer ministro Ariel Sharon ha tomado una línea dura contra el alzamiento en Gaza y Cisjordania. Las autoridades palestinas le acusan de escalar la represión para asegurarse el voto de la derecha en las elecciones israelíes convocadas para el 28 de enero.
Las tropas israelíes han demolido cientos de viviendas palestinas en los 28 meses que llevan los enfrentamientos. En Gaza, más de 5,700 palestinos han perdido su techo, según las autoridades. Muchos edificios fueron arrasados en ofensivas militares, con el argumento de que daban refugio a los tiradores palestinos.
Desde julio, Israel ha demolido decenas de casas de palestinos acusados de participar en atentados con bombas y armas de mano. Los grupos defensores de los derechos humanos denuncian las demoliciones como castigo colectivo, que según Israel sirve de elemento disuasivo.
En Nazlat Issa, las órdenes de demolición fueron distribuidas hace semanas y se dijo a los tenderos que tenían plazo de 15 días para apelar a las cortes. El alcalde dijo que el mercado funcionaba desde hacía más de un decenio y era la primera vez que los comerciantes recibían órdenes de demolición.
“Los israelíes libran la guerra en el frente económico también”, dijo Salem.
Talia Somech, vocera del gobierno militar israelí en Cisjordania, dijo que tardaron diez años en demoler las tiendas debido a que una serie de audiencias preceden la demolición de estructuras ilegales en Cisjordania. Añadió que los propietarios tuvieron tiempo para retirar su mercadería antes de la demolición.
El ministro del gabinete palestino Saeb Erekat denunció que las demoliciones “reflejan la política del hecho consumado que aplica Sharon en el terreno, al demoler viviendas y medios de vida”.