EFE
Santiago de Chile.- La falta de consenso sobre la definición y aplicación de reformas económicas limitó el crecimiento de la economía mexicana al 1.2 por ciento en 2003, dijo ayer en Santiago la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“La economía de México continúo manteniendo una baja inflación y la disciplina en sus finanzas públicas, pero no logró salir de la fase de escaso crecimiento que atraviesa desde 2001”, señala el organismo de Naciones Unidas.
En su “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2003”, la Cepal explica que el bajo incremento mexicano no sólo se debió a la falta de acuerdo en el diseño de reformas en el ámbito fiscal, energético y laboral, sino también a que la inversión bruta y las exportaciones no petroleras disminuyeron.
A ello se sumó la contracción del crédito bancario para las actividades productivas, lo que generó problemas de financiación para las empresas, y también un alza en la tasa del desempleo urbano del 3.2 por ciento y una disminución en el Producto Interno Bruto por habitante.
El análisis destaca que el ámbito externo tuvo influencias mixtas en 2003, ya que el precio del petróleo estuvo elevado, por encima de la previsión del Gobierno, mientras las tasas de interés cayeron y la economía de Estados Unidos repuntó.
Aunque esto último ayudó inicialmente a las exportaciones mexicanas, éstas se estancaron durante el periodo, debido a la pérdida de competitividad internacional que sufren sus productos frente a los competidores asiáticos.
“Esto -advierte el informe- está asociado a la baja productividad del sector manufacturero, que cierra el año con fuertes caídas en la actividad de los subsectores de la confección y textil (8.2 por ciento), madera (3.9), y productos metálicos y maquinarias (siete por ciento)”.
De hecho, hasta octubre las exportaciones de petróleo avanzaron el 30 por ciento, pero las manufactureras cayeron el 1.6 por ciento. Sobre la Política Fiscal aplicado por el Gobierno de Vicente Fox, la Cepal comentó que, apoyada en el flujo extraordinario de ingresos derivados del alto precio del petróleo y la baja en las tasas de interés, cumplió la meta de déficit fiscal del 0.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Mientras, la política monetaria mantuvo el objetivo de preservar una baja inflación, que alcanza este año al cuatro por ciento, en el marco de un régimen cambiario de flotación del peso frente al dólar.
Sin embargo, en el último trimestre “hubo complicaciones en la política monetaria que surgieron de movimientos especulativos en el mercado cambiario, detonados por factores endógenos y exógenos, lo que ha provocado una fuerte depreciación en el tipo de cambio”.
Un elemento adicional que también ha influido en la política monetaria y en el valor del tipo de cambio, precisa la Cepal, fue la elevada acumulación de reservas internacionales, que se situaron a fines de este año en 50,000 millones de dólares gracias a las ganancias por las exportaciones de petróleo.
Respecto al consumo, el organismo de Naciones Unidas destaca que a nivel privado aumentó este año el dos por ciento, lo que junto a la expansión del dos por ciento del consumo del Gobierno evitó una mayor contracción aún mayor del PIB.