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ROMA, ITALIA.- Las autoridades detuvieron ayer por la noche al fundador de la empresa italiana Parmalat, la multinacional de lácteos que se ha visto inmersa en un gigantesco escándalo de contabilidad fraudulenta.
Calisto Tanzi, de quien se había especulado que había huido de Italia, se encuentra bajo custodia policial tras su detención en Milán, informaron las autoridades.
La fiscalía investiga a 20 ejecutivos incluyendo a Tanzi, que trabajaron o trabajan para la Parmalat por supuesto delito de fraude y falsificación de documentos.
Tanzi era hasta hace sólo un mes el presidente y director ejecutivo de Parmalat, pero se vio obligado a renunciar por la presión de los accionistas.
Los medios de prensa habían informado con anterioridad sobre la detención, pero las autoridades no confirmaron los despachos.
Horas antes, un tribunal de Parma declaró el estado de insolvencia de la empresa láctea, por lo que la multinacional podrá tomar un respiro y encontrar una estrategia de salvamento que evite su colapso total.
Parmalat quedó sumida en el caos el 19 de diciembre, cuando reveló que Bank of America Corporation no tenía en su poder cuatro mil 910 millones de dólares de sus fondos, contradiciendo un informe que la empresa hizo en septiembre.
La decisión del Tribunal de declarar a Parmalat insolvente le permitirá a la empresa suspender sus obligaciones financieras. De este modo, Parmalat podrá seguir operando. Los acreedores de la empresa tendrán 120 días para presentar sus casos en la corte. Así, un tribunal decidirá quién deberá ser pagado primero.
Enrico Bondi, el actual presidente de la compañía, y quien está a cargo de hallar una fórmula para reestructurar la deuda, declaró ante el juez ayer. El miércoles la empresa se acogió a la Ley de protección de bancarrota.
Desde que surgiera el escándalo el 19, la prensa italiana ha dicho que el agujero de la empresa podría alcanzar los 12 mil millones de dólares por 15 años de contabilidad indebida.
El escándalo de la empresa ha sacudido el mundo empresarial italiano y han surgido numerosos llamados para revisar a las agencias reguladoras del país. El primer ministro Silvio Berlusconi prometió tomar medidas contundentes y, según informes, el ministro de Finanzas Giulio Tremonti ya tendría un plan.