Reuters
ROMA, ITALIA.- El presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos dijo ayer que un estudio sobre abuso sexual de niños por clerigos en su país en los últimos 50 años aportará posiblemente cifras “sorprendentes”.
Sin embargo, el obispo Wilton Gregory señaló que nunca se había hecho un estudio comparable. Pidió estudios en otros sectores para poner los resultados en perspectiva, porque la pederastia no es solo un problema de los católicos.
“Los obispos quieren ser realmente honestos con su gente y decir ‘estos son los datos que queremos compartir con ustedes’”, dijo Gregory en una entrevista.
“Las cifras van a ser sorprendentes porque van a serán sumadas, a lo largo de 50 años, y lo serán porque no hay contexto” comparativo, dijo.
“No tenemos un estudio similar para el sistema educativo, para entrenadores de deportes, para programas de busca de talentos, médicos, terapeutas”, dijo, agregando que sería imposible decir si las cifras son altas o bajas comparadas con otros sectores.
Boston fue el epicentro del escándalo que recorrió Estados Unidos el año pasado tras conocerse que varias diócesis habían transferido de parroquia en parroquia a sacerdotes que se sabía habían abusado de niños, sin alertar a los feligreses.
El Vaticano revisó en diciembre las reglas estadounidenses para proteger a los niños y castigar a los sacerdotes culpables de abusos sexuales.
La Junta de Revisión Nacional de la Conferencia Episcopal Católica encargó el estudio -que incluirá información de las 195 diócesis estadounidenses- al Colegio John Jay de Justicia de Nueva York.
Su propósito es el de “restablecer un nivel de credibilidad y confianza entre nuestra gente” y de asegurar la protección de los niños, dijo Gregory.
El estudio anónimo no incluye nombres de víctimas o de causantes de las ofensas pero es una compilación de información acerca de los causantes, sus víctimas, incidentes de abusos, costo de terapias y gastos legales.
Gregory dijo que esperaba que el informe “inspire, inste o invite” a otras instituciones ha hacer lo mismo para la seguridad de los niños allí donde se encuentren.
“Espero que tengan el valor (de efectuar sus propios informes) y decidan que esto es de tal importancia (...) y si las instituciones no (siguen el ejemplo) espero que otras entidades públicas les sometan a la misma presión que hemos tenido”, dijo.
Cierto número de eclesiásticos estadounidenses y del Vaticano han señalado que estiman que la Iglesia Católica ha sufrido un escrutinio en su caso, cuando se trata de un problema que existe en otros sectores de la sociedad en Estados Unidos, incluidas otras religiones.
“Ciertamente que nosotros como católicos tenemos una responsabilidad principal debido a la situación en que nos encontramos. No hay deseo por nuestra parte en negarlo pero también desearíamos que la gente con mente justa dijera que ‘esto es un tema de mayores proporciones que debemos revisar en un contexto más amplio’”, dijo.
El arzobispo de Boston, el cardenal Bernard Law, renunció en diciembre tras una petición pública de decenas de sus propios sacerdotes de que así lo hiciera, pero los efectos del escándalo todavía perduran.
El mes pasado, la arquidiócesis de Boston aceptó pagar hasta 85 millones de dólares para resolver demandas de cientos de personas con acusaciones de haber sido abusadas sexualmente por sacerdotes.