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BAGDAD, IRAQ.- Un general estadounidense dijo ayer que grupos que tienen nexos con la red Al Qaeda pueden estar detrás de los más graves ataques con bombas en Iraq, aunque ningún miembro confirmado de la red del militante islámico Osama bin Laden ha sido capturado en relación a los mismos.
El general Ricardo Sánchez, comandante en tierra de las tropas norteamericanas en Iraq, dijo que grupos que tienen nexos con Al Qaeda, incluido Ansar al Islam, están operando en Iraq.
“Pensamos que algunos operativos realizados recientemente, en relación a los ataques con bombas, tienen nexos con esos grupos”, dijo Sánchez en una conferencia de prensa.
Agregó que las fuerzas de Estados Unidos han capturado a militantes de Ansar al Islam, agrupación que solía tener bases en el norte de Iraq, y han aprehendido también a miembros de otros grupos.
“Sabemos que esos grupos tienen nexos con la red Al Qaeda, pero no tenemos en nuestra custodia hasta este momento a ningún miembro confirmado de la organización de Osama bin Laden”.
Estados Unidos dijo antes de la guerra que derrocó a Saddam Hussein que Al Qaeda, a quien responsabiliza de los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Washington y Nueva York, tenía nexos con Bagdad, pero no ha podido comprobar esos cargos.
Los más graves ataques con bombas en meses recientes en Bagdad han tenido como blanco a las embajadas de Jordania y Turquía, las oficinas de las Naciones Unidas, un hotel utilizado por políticos iraquíes y un cuartel de la policía iraquí.
Deficiencias
de seguridad
Una investigación sobre la bomba que estalló en agosto en las oficinas de las Naciones Unidas en Bagdad reveló que se podrían haber salvado algunas vidas si el “deficiente” y “descuidado” sistema de seguridad de la ONU hubiera captado las advertencias y cumplido las normas.
El informe de un panel independiente, publicado ayer, culpó al aparato de seguridad de la ONU en Nueva York y en otros lugares, así como a altos funcionarios del organismo mundial por errores cometidos antes del ataque del 19 de agosto en las oficinas de las Naciones Unidas en Bagdad, donde murieron 22 personas y 150 resultaron heridas.
“La conclusión principal del panel es que el sistema actual de seguridad es deficiente”, señaló el informe de 40 páginas del ex presidente de Finlandia, Martti Ahtisaari, quien fue nombrado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para dirigir la investigación.
“Se descuidó la observancia e implementación de las regulaciones y procedimientos de seguridad y no se cumplieron las medidas comunes de seguridad”, indicó el informe.
La investigación también confirmó las alegaciones de funcionarios de Estados Unidos de que la oficina de la ONU en Bagdad rechazó la protección de sus tropas, porque se sentía incómoda con los tanques y otros efectivos estadounidenses y quería divorciarse de la ocupación.
Como consecuencia, funcionarios de la ONU pidieron al ejército de Estados Unidos que retirara sus equipos pesados del complejo en el Hotel Canal, que desmantelara un punto de vigilancia ubicado en el techo y eliminara obstáculos y alambres de los caminos de acceso, por donde circuló el camión que luego explotó, según el informe.
Las deficiencias de seguridad citadas por el equipo de Ahtisaari fueron varias, desde el desconocimiento del número de empleados extranjeros en Bagdad, la carencia de cristales a prueba de balas en las ventanas, hasta la falta de atención a los informes de inteligencia poco antes de la explosión del 19 de agosto.
El informe indicó que la lista de empleados extranjeros en Bagdad no estaba actualizada.
La cantidad de personal internacional en Bagdad había aumentado de 200 a 350 cuando ocurrió la explosión. Pero algunos creen que en aquel momento había alrededor de 550 empleados extranjeros en la capital iraquí y unos 900 en todo Iraq, pero “nadie pudo ofrecer una cifra exacta”, según el informe.