Reuters
SEATTLE, EU.- Gary Leon Ridgway, un pintor de vehículos de 54 años del estado norteamericano de Washington, admitió ayer ser el llamado Asesino de Green River, declarándose culpable de cuatro decenas de asesinatos en las dos últimas décadas, para evitar la pena capital.
Ridgway compareció ante el Tribunal Superior del condado King para cambiar su declaración previa de inocencia, tras semanas de estar indicando a la policía los sitios donde arrojó los cuerpos de mujeres jóvenes. Los asesinatos comenzaron en Green River, al sur de Seattle, en 1982.
Ridgway confirmó detalles de su acuerdo con el fiscal Jeff Baird frente al juez del Tribunal Superior, Richard Jones.
Al preguntársele si comprendía que como parte del acuerdo se estaba declarando culpable de 48 acusaciones de asesinato agravado, Ridgway declaró: “Sí”.
A cambio, los fiscales acordaron desechar la pena capital, a pesar de la promesa inicial de fiscal del condado King, Norm Maleng, de no llegar a un acuerdo con Ridgway tras su arresto en el 2001, en la investigación más larga de un asesino múltiple en la historia de Estados Unidos.
Ridgway había sido acusado de siete asesinatos, pero es sospechoso de 49 crímenes entre 1982 y 1984. También se sospecha que fue el autor de decenas más desde ese último año, entre éstos los de dos mujeres en 1990 y 1998 que la policía resolvió recientemente con ayuda de Ridgway.
El acuerdo cierra un capítulo en un viejo misterio que conmocionó el área de Seattle y persiguió a las familias de las mujeres, mayoritariamente drogadictas y prostitutas, que fueron blanco de sus ataques.
“No hay forma alguna de que este tipo hubiera dejado de asesinar, a menos que estuviera muerto o encarcelado”, dijo Robert Keppel, quien investigó los asesinatos para la fiscalía estatal.
Ridgway fue considerado el principal sospechoso del caso durante años, antes de que una prueba de ADN lo vinculara a varias víctimas.
Los cuerpos de sus primeras víctimas fueron sacados del Green River en 1982 y más tarde otros cuerpos, desnudos y mutilados, aparecieron en varios lugares de la zona occidental del estado de Washington.
Con el transcurso de los meses, esos nuevos cadáveres dieron paso al descubrimiento de esqueletos, a menudo escondidos entre la maleza, y los investigadores llegaron a la conclusión de que los crímenes pararon en 1984.
La región noroeste de Estados Unidos ha padecido varios asesinos múltiples, entre ellos Robert Lee Yates Jr., un piloto de la Guardia Nacional de 51 años con cinco hijos, condenado a muerte tras admitir los asesinatos de 15 personas, la mayoría prostitutas, entre las décadas de 1970 y 1990.
Varias víctimas del asesino múltiple Ted Bundy, quien confesó 28 asesinatos en la década de 1970, fueron halladoas en los estados de Washington y Oregon.
Al otro lado de la frontera canadiense, en Vancouver, el granjero de cerdos Robert “Willy” Pickton enfrenta acusaciones de asesinar al menos 15 mujeres de las 60 prostitutas y drogadictas desaparecidas sin rastro en las dos últimas décadas.