Reuters
CIUDAD DE GAZA.- Un atentado con bomba contra un convoy diplomático en la Franja de Gaza mató ayer a tres guardias de seguridad estadounidenses, en el primer ataque a un blanco norteamericano en los tres últimos años de violencia israelí-palestina.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que ha visto como se ha ido disolviendo el “Mapa de Ruta” de su plan de paz para el Oriente Medio, aseguró que “se llevará a los terroristas ante la justicia” y declaró que el atentado es resultado de que los palestinos no han creado una fuerza de seguridad efectiva.
Estados Unidos respondió también exigiendo que Yasser Arafat y su Autoridad Palestina lleven a la justicia a los responsables del ataque y actúen de inmediato contra grupos militantes palestinos, que negaron su participación en el atentado.
Radio Israel dijo que el convoy incluía a funcionarios de la oficina del enviado de Estados Unidos para el Oriente Medio y de la CIA, pero fuentes norteamericanas aseguraron que John Wolf no estaba en la región cuando ocurrió el suceso, que dejó también un herido.
Un vehículo Jeep plateado, modelo Cherokee, utilizado por diplomáticos estadounidenses, quedó totalmente destruido por la explosión, que provocó un cráter en la calle. La explosión lanzó restos humanos y metálicos a varios metros de distancia.
Daniel Kurtzer, embajador estadounidense ante Israel, dijo que tres guardias de seguridad del convoy habían muerto y que un cuarto resultó herido por la explosión, a la entrada del campo de refugiados Jabalya.
El diplomático dijo que la delegación estaba en “asuntos oficiales”, entre estos entrevistas con estudiantes en Gaza que querían recibir becas para estudiar en Estados Unidos.
Al anunciar que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) enviaría un equipo al lugar del atentado, Kurtzer dijo en conferencia de prensa en Tel Aviv: “Hemos pedido que la Autoridad Palestina ayude en aprehender a los responsables, y en segundo lugar que nos ayude en la investigación de este ataque terrorista”.
La embajada aconsejó a todos los ciudadanos estadounidenses a abandonar la Franja de Gaza por su propia seguridad.
Nadie se atribuyó el atentado. Las principales facciones palestinas -Hamas, Yihad Islámica, Brigadas Mártires Al-Aqsa y el Frente Popular para la Liberación de Palestina- negaron su intervención.
Radicales que acusan a Washington de inclinarse abiertamente en favor de Israel, han detonado frecuentemente bombas colocadas en carreteras contra tropas israelíes y tanques que operan en zonas de la Franja de Gaza.
Es la primera vez que un convoy de diplomáticos estadounidenses ha sido blanco de ataques en Israel o los territorios palestinos, donde la violencia se ha incrementado desde que los palestinos comenzaron su levantamiento por la independencia en septiembre del 2000, luego del estancamiento de conversaciones de paz.
Estancado el Plan
El “Mapa de Ruta” hacia la paz respaldada por Estados Unidos, cuya promoción estaba a cargo de Wolf, ha sido golpeada en los últimos meses por la violencia de ida y vuelta entre israelíes y palestinos y las disputas políticas entre los palestinos. Yasser Arafat condenó el atentado, calificándolo “horrible crimen”
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, instó en una llamada telefónica al primer ministro palestino, Ahmed Korei, a “tomar acción para poner fin a la violencia y el terrorismo”, dijo un funcionario palestino.
“Es un ataque inaceptable contra personal extranjero y diplomático”, declaró por su parte el jefe de política exterior de la Unión Europea, Javier Solana.
El enviado de las Naciones Unidas al Oriente Medio, Terje Roed-Larsen, describió el atentado como “una clara ampliación del conflicto” y dijo que muestra la necesidad de que la Autoridad Palestina reestructure y refuerce sus fuerzas de seguridad”.