Reuters
BAGDAD, IRAQ.- Guerrilleros antiestadounidenses dispararon cohetes ayer contra el hotel en Bagdad donde se hospedaba el subsecretario de Defensa de Estados Unidos, Paul Wolfowitz, con el saldo de un soldado estadounidense muerto y otras 17 personas heridas.
Wolfowitz salió ileso del ataque al Hotel Rashid, ubicado dentro de un complejo muy fortificado que también alberga las oficinas de la administración civil de Iraq. El funcionario, en un tono desafiante, prometió ayer que Estados Unidos no abandonará sus esfuerzos de llevar estabilidad a Iraq.
Ayer en la tarde, al menos dos explosiones más sacudieron la misma área de Bagdad donde están las oficinas centrales de la administración civil de Estados Unidos en Iraq, dijeron fuentes militares estadounidenses. Se cree que Wolfowitz ya había abandonado el hotel Rashid a esa hora.
Un portavoz del ejército dijo que las explosiones se habían registrado en la “Zona Verde” de la capital.
Un soldado que custodiaba el área dijo que creía que las explosiones habían sido causadas por fuego de mortero que hizo impacto cerca del edificio administrativo, situado en un antiguo palacio del derrocado líder Saddam Hussein.
El ataque al hotel socavó los alegatos de Washington de que estaba derrotando a los guerrilleros que han causado la muerte de 109 soldados estadounidenses desde que el presidente George W. Bush declarara que los grandes combates en Iraq terminaron el primero de mayo.
De ocho a diez cohetes impactaron el hotel aproximadamente a las seis de la mañana (hora local), y el ruido de las explosiones se escuchó en toda la ciudad y varios huéspedes fueron arrojados de sus camas por los impactos.
Un soldado estadounidense asignado a la administración civil fue muerto, dijeron funcionarios. Otros cuatro soldados estadounidenses, siete civiles estadounidenses y cuatro civiles de otros miembros de la coalición encabezada por Estados Unidos en Iraq estaban entre los heridos, indicaron.
Algunas personas fueron evacuadas del hotel en camillas y otros salieron por sus propios medios con heridas después que por lo menos seis cohetes hicieron impacto en el edificio, destruyendo habitaciones unos pisos debajo de la de Wolfowitz, en el piso 12, dijeron testigos.
Una habitación el piso 11 fue destruida, según un periodista que vio la devastación. Parte del techo se derrumbó, las puertas cayeron, un hueco quedó en la pared y humo salía de la habitación. Wolfowitz salió ileso y fue sacado por fuerzas de seguridad y parecía sereno tras bajar por una escalera donde había humo y manchas de sangre.
Decidido
a “terminar la misión”
“Estos ataques terroristas no impedirán que terminemos nuestra misión, que es ayudar al pueblo iraquí a liberarse del tipo de delincuentes que hicieron esto y proteger a los estadounidenses de este tipo de terrorismo”, dijo Wolfowitz a un grupo de periodistas horas después del ataque.
El administrador estadounidense en Iraq, Paul Bremer, dijo durante una visita a Washington para consultas que ordenó una investigación plena del ataque.
“He pedido una completa investigación de esto, obviamente, y mi gente de seguridad está haciéndolo”, dijo en el programa de televisión norteamericano.
El funcionario dijo que podría retirar del Rashid a algunas de las cientos de varias personas que trabajan para él y que están hospedadas allí.
Los guerrilleros dispararon los cohetes desde un lanzacohetes que estaba disfrazado como un generador de energía. Algunos de los cohetes no estallaron y otros 11 cohetes no pudieron ser lanzados, agregaron.
El lanzacohetes, que probablemente demoró hasta seis semanas en ser construido, se encontraba en un remolque que fue estacionado en una calle cercana a un parque a unos 800 metros del hotel, unos pocos minutos antes del ataque, dijeron los funcionarios.
Soldados que llegaron al lugar de los hechos poco después del ataque encontraron el lanzacohetes, dijo el general de brigada Martin Dempsey, comandante de la primera división blindad del ejército de Estados Unidos, responsable de la seguridad en Bagdad.