Agencias
TORREÓN, COAH.- Una historia de piratas que van en busca del ansiado tesoro. Una maldición que apunta a acabar con quien lo posea. Una bella joven raptada y un grupo de intrépidos aventureros, son la combinación perfecta para llenar de terror las salas de cine de toda la Comarca Lagunera.
Porque hoy se estrena la cinta La Maldición del Perla Negra, estelarizada por Johnny Depp, Orlando Bloom y Geoffrey Rush, la que promete ir más allá de las típicas películas de terror, porque le inyecta una buena pizca de humor.
Pirates of the Caribbean: The Course of Black Pearl, nombre original de la película, narra la historia de una tripulación de piratas que, a bordo del Perla Negra, el barco más veloz del Caribe, buscan terminar con una antigua maldición en torno a un tesoro que los condena a ser muertos en vida.
Con velas negras y una bandera del mismo color, que ondea en lo alto y que tiene dibujado un cráneo con dos espadas que lo atraviesan (emblema clásico de los piratas), el Perla Negra está tripulado por almas malditas que a la luz de la luna se convierten en aterradores y, hasta cierto punto, cómicos esqueletos comandados por Barbossa, un pirata sin escrúpulos.
En juego está, además, la venganza del Capitán Jack Sparrow, un pirata divertido, audaz, despreocupado y astuto que hará hasta lo imposible por comandar de nueva cuenta al Perla Negra y así navegar libremente por las cristalinas aguas del Caribe.
La historia se torna interesante cuando el malvado pirata Barbossa, junto con su pintoresca y revoltosa tripulación anclan en Port Royal, diezmando a la ciudad y raptando a Elizabeth Swann, la hija del gobernador, quien posee un valioso medallón de oro fuera de lo común. Es entonces cuando comienza una cacería marítima.
Debido a diversas circunstancias, Will Turner se une al Capitán Jack Sparrow para ir en la búsqueda del Perla Negra y así poder liberar a Elizabeth Swann, que es amiga del joven “herrero” Turner.
Turner, quien daría su vida por la de Elizabeth, es sin saberlo, una pieza importante en torno al misterio del tesoro maldito.
Grandes barcos, espadazos, cañonazos, peleas, aventuras, misterios, tesoros y romance, son los elementos inmersos en el misterio del Perla Negra, de Walt Disney Pictures, que lejos de ser una historia infantil más, se convierte en una historia irreverente, inteligente, divertida y dinámica.
Los protagonistas
HECHO A LA MEDIDA (Johnny Depp): En el momento en que aparece por la puerta de una suite en el hotel St. Regis de Los Ángeles, es fácil darse cuenta de la razón por la que Johnny Depp encaja perfecto en el personaje del pirata Jack Sparrow.
Con jeans rotos, camisa de mezclilla, chaleco de rayas, zapatos negros con mucha tierra encima, anillos de calaveras en sus manos, pulseras de plástico, lentes, barba de candado y el pelo decolorado de las puntas sostenido con una gorra tejida, Johnny parece una estrella de rock promocionando un disco.
“Estos hombres eran básicamente como las estrellas del rock and roll del siglo 18 y la más grande estrella del rock para mí es Keith Richards. Es todo un pirata. Keith se convirtió en la principal inspiración, no en una imitación ni en un estudio de su carácter, nada de eso, pero tiene algo, una especie de seguridad, de bella elegancia, de gracia, sabiduría y encanto que me fue muy útil”, explica el actor.
DE ELFO A PIRATA (Orlando Bloom): El actor, quien interpreta a Legolas en la trilogía de El Señor de los Anillos, es el héroe Will Turner en La Maldición del Perla Negra y el próximo año será Paris en Troya.
“Es sólo un aspecto de lo que quiero hacer. Me siento muy afortunado de haber tenido la oportunidad de trabajar en estas grandes cintas épicas, filmes que soportarán el paso del tiempo y que por casualidad, al no tener trabajo en el momento en el que se desarrollaron las pude obtener”, explica calmadamente.
“Ha sido difícil y poco usual. Legolas es cool porque la peluca rubia es un buen disfraz, y los ojos azules y todo lo demás. Ha sido algo gradual para mí, no ha sido como que de repente ya no puedo caminar por la calle o algo parecido”, cuenta.
Para conocedores
Aunque estos aventureros y forajidos tenían la misma ocupación, no es lo mismo un pirata que un bucanero, filibustero o un corsario. ¡Descubran las diferencias!
Pirata: La palabra pirata proviene del griego y su significado es “el que emprende, el que intenta fortuna”. Los Piratas eran ladrones del mar que actuaban al margen de toda ley. Sus fines no eran políticos buscaban sus propios beneficios y no servían bajo ninguna bandera que no fuera la Jolly Roger (o bandera pirata).
Corsario: Un barco corsario navegaba a las órdenes de un rey y normalmente trataba de debilitar el poder comercial y colonial de los países enemigos. Los Corsarios tenían en su poder documentos llamados “patentes de corso” que les autorizaban llevar a cabo tales actos. A cambio de la protección otorgada por la realeza, el corsario se comprometía a respetar los barcos, personas y propiedades del país y sus aliados, además de retribuir a la corona con una parte de los ingresos obtenidos por las capturas.
Bucanero: Con este término se empezó a conocer a ciertos colonos franceses que se habían establecido en la parte occidental de La Española, (actualmente Haití). Recibían el nombre de Bucaneros, derivado de la palabra india Bucan con la que los indios designaban el lugar donde ahumaban la carne, quemando madera verde bajo unos palos en forma de parrilla. El número de bucaneros creció tanto que en 1620 empezaron a ser perseguidos por los españoles y para refugiarse tomaron como base de operaciones el Islote de La Tortuga, lo que los llevó a asociarse en la célebre “Hermandad de la Costa” dando origen a los filibusteros.
Filibustero: Como en La Tortuga no había caza los bucaneros se encontraron ante un dilema para poder subsistir. La palabra Filibustero proviene del holandés “Vrij Buitre (el que va a la captura del botín). Los filibusteros sólo atacaban a las poblaciones costeras.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón