EL PAÍS
MOSCÚ, RUSIA.- Seis personas perecieron y 14 fueron hospitalizadas como consecuencia de una fuerte explosión que sacudió el centro de Moscú ayer por la mañana. La policía afirma que se trata de un nuevo atentado terrorista, perpetrado presuntamente por dos mujeres suicidas junto al hotel Nacional, que queda frente a la plaza Manezh y al Kremlin y a pocos pasos de la sede de la Duma Estatal.
La potente explosión reventó las ventanas de dos pisos del hotel Nacional, donde se alojan los observadores internacionales que el lunes criticaron duramente la conducción de las elecciones legislativas celebradas el domingo. Afortunadamente, ninguno de ellos resultó herido. Poco antes habían estado desayunando allí Virgilio Zapatero, ex ministro y rector de la Universidad de Alcalá, y el diputado Gabriel Cisneros, que abandonaron el hotel en el coche del embajador José María Robles, que según él, había estacionado su coche en el mismo lugar en el que se produjo el atentado.
La explosión se produjo a las 10:52 (hora local) cuando las mujeres pasaban junto a un carro Merecedes-320 estacionado en el que había cinco personas. El auto no sufrió grandes daños y el estallido hizo saltar sus vidrios y los de otros coches. De los 14 hospitalizados, entre los que se encuentran los pasajeros del vehículo, cinco se hallan en estado crítico. Además, hubo otras personas que recibieron heridas leves, causadas principalmente por fragmentos de vidrios, pero no tuvieron que ser internadas.
Una de las mujeres quedó decapitada y junto a su cuerpo se encontraron más explosivos, algunos de los cuales estallaron más tarde, sin dejar heridos, cuando eran examinados por un robot. Los restos de la principal suicida, que llevaba atado a su cuerpo los explosivos, serán difíciles de identificar, teniendo en cuenta el estado en el que quedó su cuerpo, señalaron los agentes: sus restos fueron encontrados en un radio de 60 metros.
El momento en que se produjo el atentado quedó filmado en unas de las cámaras de vigilancia del hotel, pero la cinta no se ha hecho pública y ha sido entregada a los servicios de Seguridad, para que la estudien y puedan determinar si las terroristas perecieron o hay alguna que logró escapar. Según algunas versiones, las mujeres eran en realidad tres y no dos.
El “cinturón de suicida” en el que las terroristas llevan los explosivos y que se encontró en el lugar de los hechos, recuerda el atentado de julio pasado, en el festival de rock que se celebraba en el aeródromo moscovita de Túshino, cuando dos mujeres se inmolaron junto a las cajas donde se vendían las entradas. Los agentes de seguridad piensan que todas ellas pueden formar parte del mismo grupo y haber sido entrenadas juntas.
Un policía ha adelantado la hipótesis de que el atentado ocurrió por casualidad junto al Nacional y que el verdadero blanco era la sede del Parlamento, ya que instantes antes de la explosión las presuntas suicidas se acercaron al hotel a preguntar por la Duma. Serguéi Mirónov, el presidente del Consejo de la Federación o Senado ruso, opinó por su parte que los separatistas planeaban el atentado para el domingo, el día de las elecciones legislativas. “Pero la eficacia de las medidas de seguridad tomadas durante la jornada se lo impidieron”, dijo.
En Moscú y otras ciudades se habían tomado severísimas medidas para impedir un atentado con bomba el día de los comicios. Los temores de que los rebeldes chechenos estuvieran preparando un acto terrorista aumentaron después de que el viernes explotara un vagón de un tren de pasajeros en el Cáucaso ruso. Ese atentado, que ha dejado 44 muertos, fue perpetrado por cuatro personas, según los órganos de Seguridad rusos, tres mujeres y un hombre.