Reuters
BOGOTÁ, COLOMBIA.- Al menos cuatro personas murieron y 15 resultaron heridas ayer cuando presuntos guerrilleros izquierdistas detonaron un coche bomba en una zona del noreste de Colombia donde fuerzas especiales de Estados Unidos darán entrenamiento militar, dijeron las autoridades.
El estallido del vehículo se produjo en una carretera a la salida del municipio de Fortul, en el departamento petrolero de Arauca, fronterizo con Venezuela, unos 400 kilómetros al noreste de Bogotá.
"El coche bomba explotó causándoles la muerte a cuatro personas confirmadas, al parecer son cinco, y heridas a 15 más.
Son personas civiles. Hay una destrucción bastante grande en el municipio de Fortul", dijo a la presna Fernando Triviño, alcalde de Fortul, en cuya jurisdicción funciona una base militar.
En la región, una próspera zona ganadera y petrolera, operan las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que constantemente atacan a las patrullas militares y a los destacamentos de las fuerzas de seguridad.
Se prevé que unidades especiales del ejército de Estados Unidos comiencen este mes a entrenar a tropas colombianas para proteger el oleoducto Caño Limón-Coveñas, el segundo más importante del país en la exportación de crudo y principal blanco de los ataques rebeldes.
El ducto transporta a diario 110.000 barriles de crudo que producen los campos de Caño Limón, operados por la estadounidense Occidental Petroleum Corp.
La mano no nos tiembla: presidente Uribe
Estados Unidos es el principal socio comercial del país, y el mayor aliado en la lucha antinarcóticos de esta nación andina, con una asistencia, mayoritariamente militar, cercana a los 2.000 millones de dólares.
La ministra colombiana de Defensa, Marta Lucía Ramírez, dijo que "estos actos de terrorismo tenemos que verlos como lo que son: un tropiezo del cual tenemos que levantarnos cada vez con mayor fuerza, con mayor decisión para lograr que algún día realmente estos actos de terrorismo desaparezcan".
Entre tanto, el presidente Álvaro Uribe, quien asumió en agosto con la promesa de adoptar mano dura contra los grupos armados ilegales, reiteró la voluntad del gobierno de establecer contactos de paz con las guerrillas siempre y cuando éstas dejen de atacar a la población civil.
"Mientras haya cese de hostilidades y buena fe, el gobierno está dispuesto a facilitar esos procesos como sea, y eso lo saben las FARC y lo sabe el ELN", aseguró el presidente a la cadena radial Caracol.
"Que quede muy claro que ha habido toda la voluntad de buscar la paz con unos y con otros. Si la encontramos bien, si no, los derrotamos, la mano no nos tiembla, tenemos toda la determinación", advirtió el primer mandatario.
Fortul está fuera de los límites de una "zona de guerra" decretada en septiembre por Uribe, en un esfuerzo por detener la violencia de guerrillas izquierdistas y paramilitares de ultraderecha que, junto con las fuerzas estatales, se enfrentan en una guerra hace casi cuatro décadas.