Reuters
BAGDAD, IRAQ.- Dos coches-bomba causaron ayer al menos diez muertos y decenas de heridos en las cercanías de un hotel de Bagdad utilizado por funcionarios estadounidenses, en el más reciente de una serie de ataques suicidas.
El portavoz militar estadounidense, teniente coronel George Krivo, dijo que dos autos chocaron a gran velocidad contra una barrera de seguridad colocada en el exterior del hotel, custodiado fuertemente.
Krivo explicó que guardias de seguridad estadounidenses e iraquíes dispararon contra ambos autos cuando se acercaban al hotel, evitando una tragedia mayor, al impedir que llegaran hasta la entrada del hotel.
“Los dos autos venían zigzagueando y trataron de evitar la barrera colocada frente al hotel... Entonces los guardias comenzaron a disparar y ocurrió una detonación y después una explosión gigantesca. Al menos hay diez muertos”, agregó.
“Vi miembros y trozos de carne por todas partes”, dijo el guardia de seguridad Kahin Hussein después de que uno de los dos automóviles se estrellara contra la barrera protectora del Hotel Bagdad.
El hotel es utilizado por funcionarios de la coalición liderada por Estados Unidos, miembros del Consejo de Gobierno iraquí y contratistas extranjeros.
Fuentes de los servicios médicos dijeron que en un hospital de la capital iraquí habían sido atendidas 19 personas -entre guardas de seguridad, policías y civiles- y que un soldado estadounidense había sufrido heridas leves.
El ataque supone un nuevo revés para el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien intenta hallar una fórmula que le permita compartir los gastos civiles y militares de la reconstrucción de Iraq con otros países.
La ONU responsabiliza de este tipo de atentados a las guerrillas iraquíes que resisten la ocupación liderada por EU.
Helicópteros estadounidenses sobrevolaron el lugar minutos después de ocurrir la explosión, mientras ambulancias, carros de bomberos y decenas de policías iraquíes se dirigían a toda prisa al lugar.
Horas antes del atentado, una bomba colocada en una carretera estalló al paso de una caravana de tres vehículos civiles en el centro de Bagdad, causando heridas a cinco iraquíes, incluido un clérigo chiíta, dijeron testigos.
Las tropas de EU acordonaron la zona. Una multitud se congregó en el lugar y un adolescente iraquí arrojó un artefacto explosivo rudimentario contra un vehículo militar Humvee, hiriendo levemente a un soldado.
Otra bomba colocada en una carretera estalló ayer en las afueras de la base estadounidense en Tikrit, la ciudad natal del derrocado presidente iraquí Saddam Hussein, causando heridas a tres soldados. Uno de los militares sufrió heridas graves, dijo un portavoz del Ejército.
Un portavoz militar estadounidense dijo que habían ocurrido 28 ataques en 24 horas, desde el sábado por la tarde. El funcionario explicó que el número de ataques diarios oscilaba ahora entre 12 y 20.
Tropas estadounidenses
realizan más arrestos
Las tropas estadounidenses en Iraq llevaron a cabo el fin de semana varias redadas en Tikrit, donde arrestaron a cuatro hombres que supuestamente pertenecían a las fuerzas de seguridad del ex dictador iraquí, ahora fugitivo.
En la operación efectuada en Tikrit, soldados apoyados por tanques M-1A Abrams y vehículos blindados livianos Bradley penetraron en algunas casas, derribando las puertas de dos de ellas.
Los soldados decomisaron fusiles AK-47, lanzallamas, pistolas y municiones, así como materiales para fabricar bombas.
El teniente coronel Steve Russell, que dirigió la operación, dijo que los detenidos eran sospechosos de haber participado en ataques contra las fuerzas estadounidenses y que entre ellos había dos hombres que tuvieron vínculos con la policía secreta de Hussein.
“Estamos interesados en la información que pueden proporcionarnos sobre las operaciones en esta región”, dijo Russell. Las tropas hallaron también propaganda y fotografías de Hussein y de sus hijos, Uday y Qusay, quienes murieron en julio en un enfrentamiento con soldados estadounidenses.
Los ataques contra las tropas estadounidenses y británicas han causado la muerte a 94 soldados desde que Washington declaró el fin de los combates de envergadura el primero de mayo.