Hubo de dónde escoger esta semana: En Iraq dos estratégicos ataques al democratiquísimo salvador de ese país, el gobierno militar imperial gringo: 1.- La voladura del oleoducto que le costará a “Iraq” una fortuna diaria en petróleo que “retrasará su reconstrucción”. 2.- La destrucción de las oficinas de la ONU en Bagdad que causó la muerte de “inocentes” (y muy bien pagados para no hacer nada) funcionarios de la organización, entre los que se encontraba por desgracia uno que sí trabajaba y valía la pena, el diplomático brasileño Sergio Vieira de Mello. 3.- De nuevo “fuego amigo” que arrancó la vida del reportero gráfico de Reuters, Mazen Dana, que por casualidad era palestino. Los cultos soldados gringos confundieron su cámara con una ametralladora y dispararon “para defenderse”. 4.- Las consabidas bajas de militares de los invasores a manos de la resistencia iraquí, que a diferencia, por ejemplo, de la resistencia francesa contra los nazis, se considera canallesca en vez de heroica y... natural.
LA PERVERSIDAD BUSHISTA.- Un comentarista amigo dice que la verdad se encuentra exactamente en lo contrario de lo que oficialmente declaran Bush y sus halcones o sea la siniestra Banda de los Cinco, conformada por Bush, Cheney, Rumsfeld (plus su diabólico doctor Paul Wolfowitz, subsecretario de la Defensa), la petrolera Condolezza y el agachadote de Colin Powell. Es dicha perversidad la que hace creer a algunos en el Oriente Medio que la destrucción del oleoducto pudo ser otro autoatentado, como los que acostumbran los militares imperiales, en el caso, para no permitir que baje el precio del petróleo en el mundo (hoy 33 dólares el barril). Es además un excelente pretexto para invertir lo mínimo en la reconstrucción de ese Iraq que destruyeron por capricho a base de toneladas inauditas de bombas. Respecto al atentado contra las oficinas de la ONU en Bagdad, la opinión de algunos informantes es la misma. Y se preguntan: ¿Quién quiere la desaparición de la estorbosa y a la hora de la hora inútil ONU?
Pues ciertamente los gringos que hace años no le pagan cuotas ni le hacen el menor caso. Como se vio, son capaces de lanzarse a destruir cualquier país sin la autorización del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, que ellos mismos crearon, pero les resulta ya molesta, porque aunque la ONU no tiene poder alguno para evitar las guerras más odiosas, como lo vimos con toda obviedad, los pone sin embargo en evidencia cuando no aplaude y apadrina sus barbaridades.
Esas versiones “perversistas” provenientes de Oriente Medio, pueden desde luego ser ciertas, pero Occidente acusa de “terrorismo” naturalmente a cuanto árabe (organización o individuo) hay a la vista. Sería lógico que Saddam Hussein, que sabe dónde pegar, hubiese empezado a vengar con la voladura del pipe-line, entre tantas afrentas, la muerte de sus hijos y la oprobiosa exhibición de sus cadáveres.
LA ONU ...BUENA PARA MUY POCO. - En cuanto a lo acontecido a las oficinas de la ONU, es importante hablar claro. La ONU ha sido tremenda con Iraq. No hizo nada para evitar la bestial invasión y consecuente destrucción de todo un país en el que NO existía la amenaza invocada por el siniestro dueto Bush y Blair. Así es que ¿para qué sirve, deben decirse los iraquíes y qué es lo que viene ahora a hacer a Bagdad sino recibir órdenes de la dominante milicia gringa?
Pero no nada más puede Iraq reprocharle a la ONU su cobardía frente a USA y el UK en 2003 al aceptar enmudecida la barbarie, así algunos países hayan levantado la voz contra B&B en el Consejo de Seguridad, sino que no ha podido olvidar el apoyo irrestricto a la otra guerra de los Bush en 1991 y posteriormente la saña del embargo de más de 10 años patrocinado por la Organización no contra Saddam Hussein, sino contra el pueblo iraquí que ha sufrido lo indecible. Iraq, es cierto, había invadido la gasolinera inglesa/gringa de Kuwait en la que el presidente Papa Doc Bush tiene grandes intereses. La historia verdadera de Kuwait la cuenta el investigador y ex embajador de México en Iraq, Arturo Muñoz Ledo, quien debería volver a publicarla. Kuwait fue una más de las “creaciones”, de los inventos cartográficos imperiales que perpetró la Gran Bretaña, la muy pérfida Albión, a la que el mundo debe muchos de los eternos conflictos que lo aquejan, empezando por la imposición del Estado de Israel dentro de Palestina, territorio que, dicen los judíos, les fue escriturado por Dios. Quizás dicha historia no sea excusa para la invasión de Hussein, pero la explica. El castigo no se hizo esperar. La ONU impuso un embargo grotesco y crudelísimo.
Estuve dos semanas en Iraq en 1995 invitada al Festival de Babilonia al que durante dos décadas asistieron grupos de intelectuales en apoyo al pueblo iraquí y pude palpar la situación general de deterioro profundo de la salud y de la economía del Iraq y del retroceso en las condiciones de vida.
La ONU aceptó imponer al pueblo iraquí el embargo de todas las naciones miembros, por haber amenazado los intereses petroleros de dos, USA y la Gran Bretaña. Así es que si hoy la resistencia iraquí convertida en “terrorismo” voló sus oficinas es de elemental justicia dar a conocer los antecedentes del atentado que no lo justifican tampoco, pero podrían explicarlo.
-EL LAMENTABLE ÚLTIMO ACTO TERRORISTA EN ISRAEL podría haberse evitado como tantos más ataques suicidas desde hace mucho tiempo. Hubiera bastado con el aniquilamiento político de uno de los más grandes terroristas del planeta, Ariel Sharon. De no haber elevado los fundamentalistas israelíes a este Hitler, el conflicto hubiera quizás prevalecido, pero sin llegar a los aberrantes excesos de una y otra parte que la humanidad presencia. Aquí también la ONU mostró largamente su impotencia y cobardía. www.manu-dornbierer.com.mx