27 octubre 2003
Bagdad, (EFE).- Al menos 42 personas han muerto, entre ellos un soldado de Estados Unidos, y 224 resultaron heridos de diversa consideración por la oleada de atentados que sacudió hoy la capital iraquí.
Según fuentes iraquíes, entre las 42 personas que perdieron la vida por los ataques contra la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y cuatro comisarías de Policía en Bagdad, figuran ocho agentes iraquíes.
Además el Ejército de Estados Unidos confirmó que uno de sus soldados resultó muerto y otros seis heridos en el atentado que tuvo como objetivo la comisaría del barrio de Al Siadiya, en el centro de la capital iraquí.
Según la fuente, estos militares pertenecían a la Primera División Acorazada y fueron víctimas de la explosión a las 8:30 de la mañana hora local de un vehículo cargado de explosivos.
Bagdad vivió hoy una de las jornadas más sangrientas desde la caída de la capital iraquí el pasado 9 de abril con una oleada de atentados que coincidieron con el primer día de ayuno musulmán del mes de Ramadan.
Después de que un suicida al volante de una ambulancia se empotrara contra el edificio que acoge la sede del CICR, otros cuatro atentados similares con coches cargados de explosivos destrozaron cuatro comisarías en diferentes puntos de Bagdad.
La cadena de atentados comenzó alrededor de las 08.30 locales con el lanzamiento de cohetes y morteros contra el Palacio de Congresos, que alberga oficinas de la Autoridad Provisional, el ministerio del Petróleo, y un área residencial de barrio de Al Dura.
Una media hora después de las primeras deflagraciones, que sólo causaron desperfectos en los edificios, una bomba estalló en el aparcamiento y al lado de la sede de la Cruz Roja, justo cuando los empleados iniciaban sus faenas.
El ataque a la Cruz Roja, fue ejecutado por un suicida al volante de una ambulancia al pararse en el control de seguridad que da acceso al recinto, según explicó, Mustafa Hamid, uno de los guardias.
Alrededor de una decena de ambulancias y automóviles que se encontraban aparcados fueron destruidos por la explosión, que a su vez provocó el derrumbe de parte del edificio de tres plantas, que alberga las oficinas de Cruz Roja.
En los otros atentados contra cuatro comisarías, muy alejadas una de la otra, también fueron empleados coches bomba conducidos por suicidas, lo que sugiere que los ataques fueron el resultado de una coordinada ofensiva contra blancos relacionados con las fuerzas de la coalición que encabeza Estados Unidos.
Cuando se produjeron los atentados, en las cuatro comisarias montaban guardia unidades militares estadounidenses, encargadas de prestar apoyo a la policía iraquí.
Los atentados coincidieron con el primer día de Ramadán, el mes de ayuno musulmán, y que según algunos iraquíes puede servir de excusa para incrementar los ataques contra las fuerzas estadounidenses.
"Este mes de Ramadán creo que va a ser oscuro y triste, porque presiento que aquellos que no respetan al prójimo atentaran contra las vidas de los demás", dijo el ayatolah Sheik Aubudel Wab Hussein Al -Janabi, de la mezquita de Abudel Kader Al-Kaelany.