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MÉXICO, D. F.- El glaucoma es la segunda causa más frecuente de ceguera adquirida. Cerca del cuatro por ciento de la población mayor de 40 años, desarrolla este padecimiento que, de no atenderse, lleva a la pérdida total e irreversible de la visión.
Félix Gil Carrasco, director del Servicio de Glaucoma del Hospital para Evitar la Ceguera, advierte que, a pesar de ser un problema que se puede prevenir y controlar, éste se presenta cada vez con mayor frecuencia ante la falta de una cultura preventiva así como por la falta de una atención en la forma y el tiempo adecuado.
Se trata, explica, de una enfermedad caracterizada por una elevación de la presión intraocular hasta un nivel que produce un daño irreversible en las fibras del nervio óptico, disminuyendo el campo de visión hasta que éste se pierde totalmente.
Aunque existen factores que “predisponen” a las personas a desarrollar este padecimiento tales como la edad, antecedentes genéticos o ser hipertensos, en realidad cualquier persona puede desarrollar la enfermedad a consecuencia, por ejemplo de un golpe o el uso frecuente de gotas.
Desafortunadamente, indica, en la gran mayoría de los casos, 85 por ciento aproximadamente, no hay ninguna sintomatología por lo que el problema pasa desapercibido hasta que ya se encuentra en un grado muy avanzado.
De ahí que la única, pero eficaz manera de descubrir el glaucoma en fases iniciales, cuando las posibilidades del tratamiento médico son mayores, es que las personas acudan a realizarse revisiones periódicas, por lo menos dos veces al año, con un especialista, es decir, con un oftalmólogo y que el paciente exija al especialista que le tomen la presión de los ojos y le hagan una revisión exhaustiva.
Por otra parte, señala Gil Carrasco, el desconocimiento de la población en general e incluso de muchos especialistas sobre este problema agrava la situación. “Como no es una enfermedad tan espectacular como un cáncer o el SIDA no se le ha dado gran importancia, pero en realidad se trata de algo muy delicado”.
Si usted es una persona que tiene antecedentes familiares de ceguera o de glaucoma, es mayor de 40 años, es hipo o hipertenso, tiene problemas con las venas, es roncador, sufre de migraña, o tiene miopía o diabetes, las posibilidades de desarrollar un glaucoma son mucho mayores.
Asimismo si usa con mucha frecuencia gotas para quitar lo rojo de los ojos, ha tenido alguna lesión en el ojo por un golpe y por algunos días tuvo visión borrosa, aunque después se haya normalizado, es importante que acuda a una revisión ya que se pudo haber dañado la parte del ojo que regula la presión y como el desarrollo del glaucoma es progresivo y lento, pueden pasar años sin que se dé cuenta de que tiene este mal.
Existen algunos tipos de glaucoma que si presentan síntomas que no debe dejar pasar, tales como tener dolor ocular, visión borrosa, tener sensación de un alo de arcoiris alrededor de las luces o mucha dificultad para adaptarse a los cambios de luz-oscuridad.
Es importante señalar que los tratamientos, si bien ya no revierten el problema, lo pueden tener bajo control y evitar así que su visión se deteriore aún más.
Estos pueden ser médicos, es decir a través de la aplicación de gotas especiales para mantener la presión del ojo bajo control, o bien, mediante cirugía, pero debe ser su médico quien determine que es lo más adecuado para cada caso.
Afortunadamente en el sector salud, tanto público como privado, existe un importante número de especialistas en la materia.