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MÉXICO, DF.- Del total de la población mexicana, siete millones son adultos mayores de 65 años, pero para el 2020, esta cifra alcanzará los 20 millones, de acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Este rápido incremento en la población mayor representa también el aumento de enfermedades crónico degenerativas, las cuales se presentarán con mayor frecuencia, pues actualmente la expectativa de vida alcanza los 70 años.
Sin embargo, como señala el sicogeriatra Andrés Roche “no debemos esperarnos a que llegue la vejez y con ello un sinfín de efectos, debemos prepararnos desde antes para afrontar y tener más calidad en ésta que es la mayor etapa de la vida”, apunta el especialista.
Organismos como el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) ya cuentan con el Programa de Envejecimiento Exitoso, a cargo de Rosalía Rodríguez García, quien resaltó que el país ocupa el séptimo lugar mundial en envejecimiento acelerado.
Para el también director del área de Sicogeriatría del hospital psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, las enfermedades crónico degenerativas como hipertensión, diabetes, artritis reumatoide y en especial las demencias, que siempre están latentes y que con el paso de los años se presentan, son uno de los objetivos de las nuevas políticas de salud.
“Para que estas enfermedades se presenten influye también el estilo de vida que se lleva, pues afecta el sedentarismo, una dieta alta en grasas y carbohidratos y sobre todo el estrés, en las personas mayores los aqueja principalmente cuando se presenta la jubilación con el consiguiente cambio del ritmo de vida, así como del poder adquisitivo”, afirma el especialista.
Roche señala que las enfermedades más importante son las demencias, porque son las que generan más discapacidad, se caracterizan por alteración en la memoria, en la capacidad de emitir un lenguaje fluido y lógico, capacidad de escritura y algunas veces pérdida de memoria inmediata, como olvidar que desayunamos o el lugar donde dejamos los objetos.
Si no se da un tratamiento adecuado, la demencia puede convertirse en Alzheimer, por lo que se considera oportuno realizar estudios a partir de los 40 años, pues los avances de la medicina han permitido encontrar medicamentos que puedan disminuir los efectos de las demencias.
“Lo último en este tipo de enfermedad es la Memantina, pero no sólo importan los fármacos, la familia es un punto muy importante en este tipo de tratamientos.
“Afortunadamente en México tenemos muy presente este valor de la familia, sobre todo en las mujeres, por lo que ésta da su mayor esfuerzo a la hora de los tratamientos, eso es muy favorable en lugar de abandonarlos en asilos”, dice el geriatra.
“Este tipo de enfermedades no tiene cura, pero si podemos prevenir o bien aminorar los efectos de las demencias, Andrés Roche aconseja para prevenirla: mantener una dieta adecuada, baja en grasas y carnes. También es muy recomendable la fibra y los antioxidantes (vitamina A, C y E), presentes en vegetales, cítricos y el brócoli, así como los suplementos de Gingobiloba.
Además se puede activar la mente con ejercicios mentales como leer y resolver crucigramas.” Pero la prevención también radica en los médicos, pues deben hacer un diagnóstico oportuno y concienzudo.
Cuando ya se ha presentado el problema, es importante no tratar como inválidos a los enfermos, sino ayudarles a adaptarse a esta nueva forma de vida, pero conservando su autonomía en la medida de lo posible, tratando de hacerles rutinas para que no caigan en crisis.
Es también recomendable no hacer menos, ni marginar a los adultos mayores, sino hacerlos sentir útiles y mantenerlos ocupados, con motivaciones y metas, siempre recordando que de ellos tenemos mucho que aprender.
La prevención e información, considera el especialista son los factores más importantes porque enfermedades como estas llevan costos económicos y sociales.